Con la llegada de las celebraciones de Año Nuevo, la atmósfera festiva se ve empañada por un peligro latente para los miembros más vulnerables del hogar: las mascotas.
El incremento en el uso de pirotecnia y la persistencia de prácticas sumamente peligrosas, como las detonaciones de armas de fuego al aire, disparan los casos de emergencias veterinarias en la Comarca Lagunera.
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De acuerdo con la médico veterinaria de Control Canino en Torreón, Elizabeth Torres, el sistema auditivo de los canes es infinitamente más sensible que el humano, lo que convierte cada estallido en una experiencia traumática.
La experta señala que en estas fechas es alarmantemente común que los perros sufran episodios de pánico severo que derivan en autolesiones.
"En su desesperación por huir del ruido, muchos animales intentan atravesar ventanales, saltar cercas con púas o se lastiman gravemente las extremidades tratando de escarbar paredes o romper puertas", explicó la especialista.
Un riesgo mortal: El ataque fulminante
Más allá de las heridas físicas, el estrés extremo tiene consecuencias internas catastróficas. El terror provoca una liberación masiva de adrenalina y cortisol que acelera el ritmo cardíaco a niveles insostenibles.
En el peor de los escenarios, perros de cualquier edad (aunque con mayor riesgo en cachorros o ejemplares de edad avanzada) pueden presentar ataques cardíacos fulminantes, perdiendo la vida en cuestión de minutos.
Guía de supervivencia para tu mascota
Ante esta situación, la médico Elizabeth Torres compartió una serie de recomendaciones vitales para que los dueños protejan a sus animales este 31 de diciembre:
• Aislamiento y seguridad: Asegure puertas y ventanas. No deje a su perro en patios o azoteas, ya que el instinto de escape es incontrolable bajo estrés.
• Refugio seguro: Cree un espacio acogedor dentro de la casa (como una habitación interna) donde el ruido sea menor.
• Estimulación auditiva: Coloque música relajante, ruidos blancos o mantenga la televisión encendida a un volumen moderado para ayudar a amortiguar las explosiones exteriores.
• Acompañamiento: La presencia de los dueños y una actitud calmada por parte de los humanos ayuda a que el animal se sienta menos desprotegido.
Finalmente, la veterinaria enfatizó que si un perro tiene antecedentes de ansiedad severa o fobia a los ruidos fuertes, no se debe esperar al último momento ni mucho menos automedicarlo.
Es estrictamente necesario acudir con un médico veterinario para que la mascota reciba la medicación adecuada y segura, evitando así tragedias que pueden prevenirse con una atención profesional oportuna.