Si eres de la capital coahuilense o en algún momento de tu vida has tenido la oportunidad de visitar Saltillo probablemente hayas escuchado hablar de la Plaza Manuel Acuña, que curiosamente es mejor conocida como la “Plaza de los Huevones”, pero ¿por qué los ciudadanos le dieron éste y otros apodos? Aquí en Telediario te lo contamos.
Lo primero que tienes que saber es que esta plaza está ubicada en el rectángulo que forman las calles de Allende, Aldama, Padre Flores y frente sur del Mercado Juárez.
¿Cómo se llamaba antes la Plaza Manuel Acuña?
Anteriormente a fines del siglo XIX y principios del XX llevaba por nombre “De los Hombres Ilustres”. No obstante, originalmente el terreno formaba parte de la gran Plaza de Tlaxcala que existía desde los primeros años de vida de Saltillo.
La reducción de sus dimensiones tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XIX debido a la construcción de la plaza de toros también llamada de Tlaxcala, en el extremo norte; así como las casas frente al templo de San Esteban, el Teatro Acuña y luego el García Carrillo, en la parte sur.
En el mapa topográfico de la ciudad de Saltillo de José Juan Sánchez (1878) aparece con el nombre de Plaza y Jardín Tlaxcala y abarcaba de la calle de Abott hasta la actual Plaza Acuña, pues el extremo norte ya era ocupado por la Plaza de Toros.
En la década de 1880, el terreno en donde se ubica hoy la Plaza Acuña pasó a ser propiedad del comerciante saltillense Marcelino Garza y de su esposa Delfina Villarreal quienes con sus recursos crearon un jardín para donarlo a la ciudad en 1885.
En los primeros meses de 1886 la Legislatura del Estado al decretar que se impondría el nombre de Manuel Acuña al teatro que se estaba edificando, frente a él se construyera un jardín.
[...] que se llamara “De los Hombres Ilustres” y en la cual se colocaran las estatuas en bronce de De la Fuente, Zaragoza, Rodríguez, Acuña, Ramos Arizpe y todos aquellos que por sus hechos heróicos hayan merecido o merezcan el bien del Estado. (Periódico oficial 1886).
En 1897 fue oficialmente entregado con el nombre de “Plaza de los Hombres Ilustres”, Carlos Valdés (2013) reseña que en 1888 se contabilizaban en ese lugar 113 fresnos, además de plantas como rosas, dalias, lirios, camelias, sultana, belén, alfombrilla, mastuerzo, pies de gallo, mercaderes, princesas y yedras.
A fines del siglo XIX este espacio público colindaba en la parte norte con la antigua Plaza de Toros Tlaxcala, la cual fue derribada para edificar, en 1902, el Mercado Juárez, en la parte sur la del Jardín de los Hombres Ilustres limitaba con otra plaza llamada Hidalgo, que estaba localizada donde ahora se levanta el edificio del Teatro García Carrillo.
Hacia 1918, el nombre de la plaza de los Hombres Ilustres fue cambiado por el de Manuel Acuña. En ella se colocó la alegoría dedicada al poeta saltillense, realizada por Jesús F. Contreras.
Años después la estatua de Manuel Acuña fue trasladada a la Alameda y en su lugar , en el centro de la plaza Acuña se instaló un quiosco que permaneció hacia finales de la década de 1980.
Hacia los años 1930 un inmigrante sirio-palestino plantó dos cedros de Líbano en la plaza Acuña que con el tiempo alcanzaron una altura de más de 10 metros. Uno de estos árboles localizado en la parte nororiente de este espacio público, aún a principios de 1970 era adornado en la época navideña y aún existía a fines de los años 80’s.
En 1940 el jardín tenía una traza de estilo italiano y el follaje de los truenos estaba cuidadosamente recortado en forma cuadrada.
En las primeras décadas del siglo XX , a la plaza de los Hombres Ilustres “todas las gentes” la llamaban la plaza de doña Fina Garza según indica Miguel Alessio Robles (1933) que era una espléndida mujer que vivía frente a este parque.
¿Cómo surgió la estatua dedicada al poeta Manuel Acuña?
La estatua dedicada a Manuel Acula es creación de Jesús Fructuoso Contreras y está realizada en mármol blanco proveniente de Carrara, Italia, en la base aparece el año 1916, fecha que se refiere al momento en que fue colocada en la Plaza Acuña.
El contrato para la realización de la misma se firmó el 20 de abril de 1897, siendo entonces gobernador de Coahuila, Miguel Cárdenas.
El monumento fue exhibido en la Exposición Universal de París en 1900, en el exterior del edificio del pabellón Mexicano, junto al río Sena. Se ha dicho que con la estatua de Acuña el escultor obtuvo una medalla de oro en esa exposición.
En realidad la obra por la que obtuvo un reconocimiento fue Malgré-tout (A pesar de todo) ejecutada en 1899, la cual había sido realizada con un solo brazo pues le había sido amputado el otro a causa del cáncer.
La alegoría a Manuel Acuña fue llevada a la Ciudad de México y durante varios años permaneció en uno de los patios de la Academia de San Carlos. Más tarde fue trasladada a Saltillo por iniciativa del gobernador Gustavo Espinoza Mireles y se colocó en la Plaza de los Hombres Ilustres, hoy Plaza Acuña en 1916.
Alrededor de 1949 fue trasladada al lago de la República, en la Alameda Zaragoza, donde permaneció por medio siglo.
En 1999 fue llevada de nuevo a la Plaza Acuña.
¿Quién fue Manuel Acuña?
Manuel Acuña nació en Saltillo, Coahuila el 27 de agosto de 1849 y murió en la Ciudad de México el 6 de diciembre de 1873, fue un escritor y poeta que se quitó la vida con cianuro a los 24 años.
Fue autor de 80 poemas amorosos, patrióticos, humorísticos, descriptivos y de circunstancias; una obra de teatro; tres artículos y 12 cartas, según información obtenida del portal web del Gobierno Federal.
Manuel Acuña, hijo de Francisco Acuña y Refugio Narro, recibió de sus padres las primeras letras e ingresó luego al Colegio Josefino de su ciudad natal para realizar los estudios secundarios.
A los 16 años, en 1865, se mudó a la capital del país y se inscribió como alumno interno en el Colegio de San Ildefonso donde cursó matemáticas, francés y filosofía.
En enero de 1868 ingresó a la Escuela de Medicina. Fue un estudiante distinguido pero inconstante.
En 1868 inició su breve carrera literaria.
¿Con qué apodos se le conoce a la Plaza Manuel Acuña?
Actualmente en la Plaza Manuel Acuña o también conocida como la “Plaza de los Huevones” podrás observar en su mayoría a adultos mayores y alguno que otro trabajador de la zona que aprovechan el día para ir a descansar un “ratito” en este lugar.
Existen varias teorías sobre el origen de los apodos de esta emblemática plaza en la capital coahuilense, una de ellas es que los adultos mayores, quienes suelen ser los visitantes más comunes en la zona van a este lugar para reclamar al Gobierno Federal el dinero al que legítimamente tienen derecho y el cual les fue arrebatado desde 1964.
Esta hipótesis explica que los adultos mayores se encuentran en la búsqueda del fondo de ahorro que se les fue descontado cuando se incluyeron a un programa binacional de Trabajo Agrícola de Emergencia al inicio de la Segunda Guerra Mundial y que motivó abrir la frontera a más de cinco millones de jornaleros mexicanos que atendieron esas necesidades laborales de 1942 a 1964.
Otra de las teorías que existen es que los trabajadores de empresas y locales cercanos al lugar solían llegar a la plaza a descansar para luego continuar con sus actividades.
Más allá de una plaza para “huevones”, como coloquialmente se le conoce, este fue el lugar de descanso de empleados, que luego de varias jornadas de trabajo llegaban aquí para comer o descansar un rato, aunque esto no fue bien recibido por quienes transitaban la zona para llegar sus destinos de trabajo, pues al ver a otras personas descansando y no poder hacer lo mismo le apodaron “La Plaza de los Huevones”.
“Yo trabajo por aquí por la plaza, tiene muchos apodos, la gente le pone lo que se le viene a la boca, le dicen que la “Plaza de los Huevones”, los adultos mayores vienen aquí a sentarse unos pensionados a descansar, le pusieron así porque siempre están sentados, ellos vienen todos los días, ya hasta las viejitas bailan aquí, se agarran a bailar, aunque vienen más hombres que mujeres”, señala el señor Armando.
Aunque en entrevista a varios ciudadanos que se encontraban sentados en la plaza Manuel Acuña coincidieron en que otro de los apodos con el que se le conoce a este sitio es la plaza de los “pájaros caídos”, ya que hacen referencia a aquellos adultos mayores que van y se sientan horas a ver pasar a la gente sin un objetivo aparente.
“No sé cómo es que surgió la plaza, en la mañana hay muchos adultos mayores todos los días a partir de las 10 de la mañana y hasta las 6 de la tarde”, comentó el señor Alejandro.
“Aquí el apodo más común de la plaza es la de “los huevones” porque muchos señores mayores siempre están sentados, yo no sé la historia de la plaza, yo vengo de una comunidad de Ramos Arizpe y aquí vengo de visita a veces. Los señores se juntan como desde las 10 de la mañana”, comentó el señor José Guadalupe.
“Yo ya sabía que se llama la Plaza Manuel Acuña, pero le han puesto apodos, como la “Plaza de los Viejitos” o la “Plaza de los Pensionados”, sé que le pusieron Manuel Acuña por el poeta saltillense, aunque no sé mucho sobre la historia. Los señores aquí vienen a sentarse y platican y se hacen amigos entre ellos, yo así los he visto, son adultos de 60 años en adelante”, puntualizó el señor Agustín.
Fuentes bibliográficas:
-Espacios geográficos, urbanos, públicos y de tránsito de Saltillo. Siglos XVI al XX, 2017, Carlos Recio Dávila.
-Historia de la ciudad de Saltillo, 1975, Pablo M. Cuéllar Valdés
-Entrevistas con ciudadanos
JVS