Al ser un paso obligado para llegar a la frontera norte con Estados Unidos, entre los estados de Puebla y Tlaxcala son detenidos mil 300 migrantes de diferentes nacionalidades, principalmente de Centroamérica, informó Rosario Arrambide González, directora del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría SJ (IDHIE) de la Universidad Iberoamericana Puebla.
La especialista explicó que nueve de cada diez migrantes provienen de naciones del norte de Centroamérica, es decir, de Guatemala, El Salvador y Honduras.
Comentó que las personas migrantes detenidas por el Instituto Nacional de Migración (INM) son recluidas en contra de su voluntad y hacinadas, violando los derechos humanos, en espacios precarios y de alto riesgo de contagio de Covid-19.
“En medio de la pandemia de la covid-19, las estaciones migratorias pueden ser espacios considerados como entornos torturantes. Además, en todos los casos se observa que la detención migratoria ocurre de manera violenta con muy poca o nula orientación jurídica”, destacó la especialista.
Comentó que tras múltiples visitas de monitoreo a las instalaciones del INM en Puebla y Tlaxcala, se pudo corroborar que los migrantes son agredidos de forma sistemática por las autoridades
Tras una investigación realizada por los investigadores de la Ibero Puebla se detectó que en las instalaciones de Puebla y Tlaxcala, los migrantes son detenidos por 38 días, aunque el máximo registrado es de 139, más de cuatro meses y medio, en condiciones inadecuadas y sin acceso a asesoría legal pertinente.
Ante esto Arrambide González consideró urgente que se establezcan las medidas para que se garantice el respeto a los derechos de las personas que habitan los centros migratorios, especialmente en tiempos en los que se ha observado el endurecimiento de las medidas de detención.
AGA