Como cada año, este 21 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Espina Bífida, que es catalogada como la segunda causa de discapacidad en la infancia, luego de la Parálisis Cerebral.
Y aunque es un diagnóstico que se da a las madres desde el embarazo, la falta de salud perinatal ocasiona que las madres desconozcan la condición de sus hijos hasta el día de su nacimiento.
Es importante recordar que la espina bífida refiere a un desarrollo incompleto de la médula espinal, las meninges y/o vértebras con fusión incompleta de estas estructuras tales como las que no cierran completamente sobre la cara posterior de la columna lumbar.
Lo anterior ocasiona discapacidad motora, hidrocefalia, daño neurológico, incontinencia urinaria y fecal, y en la mayoría de los casos discapacidad motora.
Miguel Chong Lopez, fundador de la Asociación Pro-Infancia Neurogénica, dedicada a atender y dar rehabilitación integral a niños y niñas con espina bífida, detalló que más allá de lo que se puede pensar, los niños diagnosticados con esta discapacidad que reciben atención y rehabilitación temprana, llevan una vida con menos complicaciones físicas.
Además, exhortó a las mujeres en edad reproductiva a consumir ácido fólico diariamente, para disminuir el riesgo de que gestar niños con esta discapacidad.
Es importante resaltar que según datos de la Secretaría de Salud en México se tiene una prevalencia de 4.9 por 10 mil de defectos del tubo neural, el 75 por ciento de los casos corresponden a espina bífida, los más comunes son: Espina Bífida Oculta, Lipomeningocele, Meningocele y Mielomeningocele.