“Me arrepiento de no haber estudiado”: adultos relatan lo que hubieran hecho en su juventud

Más allá de las enfermedades, el adulto mayor se encuentra en un proceso de introspección y reflexión sobre el sentido de la vida, realizando un balance de las cosas buenas y malas vividas.

Lizeth Medrano
Monterrey, Nuevo León /

"Conocí a muchas personas que les toco igual que a mí, eran otros tiempos, sin duda me hubiera gustado estudiar y superarme como persona, mi consejo es que no se casen tan jóvenes, cuídense, el país necesita a personas actualizadas”, dijo la señora Hilda Garza Palomino, ama de casa con 61 años de edad, sobre lo que le hubiera gustado hacer en su juventud.

Según el artículo “El proceso de envejecimiento”, de la revista biomédica por Nicanor Aniorte Hernández, la vejez está considerada como la etapa del ciclo vital que empieza alrededor de los 65 años y que finaliza con la muerte.

Con el paso de los años se va produciendo un envejecimiento en el organismo lo que trae consigo cambios físicos, psíquicos, sociales, de rol en la comunidad, rol laboral, entre otros.

Según el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, del gobierno de México, más allá de las pérdidas biológicas, la vejez con frecuencia conlleva otros cambios psicosociales importantes: la modificación de roles y posiciones sociales, la pérdida de relaciones estrechas, la práctica y el uso de nuevas tecnologías y una manera diferente de realizar las tareas que puede compensar la pérdida de algunas habilidades.

Muchas veces los adultos mayores al momento de entrar a la etapa de vejez solo piensan en los problemas de cambios físicos que tendrán, sin embargo, otra de las dificultades que un poco porcentaje de la población toma en cuenta, es la introspección, pensando lo que hicieron en su vida desde jóvenes y lo que no pudieron hacer.

La introspección es importante para los adultos mayores

Más allá de los síntomas de enfermedades, un adulto mayor se encuentra en un proceso de introspección y reflexión sobre el sentido de la vida, realizando un balance de las cosas buenas y malas vividas, necesitando en muchos casos pedir perdón y aprender a perdonarse si así lo ve conveniente. Además, le surgen preguntas y dudas sobre si hay algo más después de la muerte.

Es por esto que en muchas ocasiones y tras la aparición de una enfermedad el anciano o dependiente hace que la atención espiritual sea muy importante para ellos, por lo que les es de gran ayuda estar acompañados de personas que los escuchen para lograr que se sientan en paz.

Robert Atchley considera que, “la capacidad de respuesta, la adaptación a nuevos procesos, así como el estilo de vida en esta etapa de envejecimiento están determinados por los hábitos, estilos de vida y la manera de ser y comportarse que ha seguido...” anteriormente.

Las metas, las motivaciones principales y las preferencias también parecen cambiar; hay quienes plantean que la vejez incluso puede estimular el cambio de perspectivas materiales por otras más trascendentes, dando como resultado que estos cambios sean el resultado de la adaptación a la pérdida.

“Me hubiera gustado superarme como persona”: Hilda Garza

La señora Hilda Garza Palomino, ama de casa con 61 años de edad, nos cuenta las actividades que realiza diariamente en su hogar, ya que es pensionada y no trabaja actualmente.

"Me levanto desde las 6 de la mañana, me tomo mi medicamento y empiezo hacer los desayunos de mis hijas, luego hago la limpieza en la casa y la comida también, mi esposo me ayuda con las compras porque yo no puedo caminar tanto, estas actividades también las hacia desde joven”.

Algo que no pudo hacer la señora Palomino es ir a la universidad y poder estudiar, así como salir con sus amigas o comprarse cosas que le gustaran, debido a que desde muy temprana edad se dedicó a sus hijas y al trabajo.

"Si yo tuviera 20 años definitivamente no me embarazaría, estudiaría y trabajaría más en lo que me gustaba como la arquitectura, el dibujo, le ayudaría a mis padres y a mis tíos económicamente, conocí a muchas amigas y familiares que les toco igual que a mí, eran otros tiempos, sin duda me hubiera gustado superarme como persona”.

En la vida tienes que pasar por muchas experiencias y aprendizajes, por lo que Hilda le manda un consejo a los jóvenes que empiezan este camino.

“A mi yo de joven le diría que aprenda a vivir, todo lo hacíamos con miedo y no había comunicación, hacia cosas buenas y parecían malas, mi familia era muy cerrada y los tiempos cambian, mi consejo es que estudien y logren todo lo que se propagan, no se casen tan jóvenes, cuídense, el país necesita a personas actualizadas”.

Con los ojos llorosos, la señora nos platica que su peor error en la vida fue haber hecho las cosas en tiempos diferentes.

"Lo que hice de joven debí haberlo hecho de más grande, perdí el tiempo, no me arrepiento, pero si me dieran la oportunidad de volver a empezar sin duda me daría cuenta de los errores que estoy cometiendo, ahora entiendo que hay tiempo para todo, para estudiar, pasear, y yo no pensé en nada de eso “.
“Ahora me queda eso de aprendizaje para compartírselo a mis hijas y nietas, y que ellas no cometan los mismos errores, que progresen y no se queden estancadas como yo, aprovechen que son jóvenes, establezcan metas, disfruten su juventud, hagan ejercicio y amen”.

“Mi peor error de vida, no haber estudiado”: María Dolores

María Dolores Garza Garza, es un ama de casa con 72 años de edad, que dentro de sus actividades diarias están el hacer la comida, ver televisión, rezar, limpiar la casa, entre otras, comparado con lo que hacía de joven nos menciona que siempre le gusto la cocina.

"Me gustaba trabajar, hacer tamales, eventos como bodas, salía al cine con mi novio, iba a fiestas y cumpleaños, hacía arreglos florales de porcelana y parafina, regaba las plantas e iba al río, aunque no pude salir más de joven o tener una carrera profesional”.

La señora Dolores nos menciona que no podía hacer algunas actividades de joven debido a que los tiempos eran diferentes y decidió casarse a temprana edad.

"No podía bailar porque a mí novio no le gustaba entonces yo casi no lo hacía, un gran error mío, y a mis 26 años ya era viuda y tenía hijos pequeños entonces tenía que concentrarme en trabajar nada más, estudiar para maestra no pude porque mi familia no tenía dinero y mis papás no me dejaron”.

María relata que si hoy fuera joven se pondría a trabajar, iría a pasear, a bailar, al cine y al teatro, pues de joven no pudo aprovechar estas oportunidades.

“En la vida se batalla para salir adelante, pero con mucha fuerza de voluntad todo se puede y todo se supera. Todos batallamos y tenemos problemas, pero Dios nos da la fuerza y no nos deja solos. Para todo hay solución menos para la muerte. Extraño muchas cosas, y me hubiera gustado disfrutar mi etapa de joven”.

Además de que nos comparte uno de sus aprendizajes de vida para todos los jóvenes que inician su etapa de adolescente.

“Desde que me quedé viuda tan joven y tuve que dedicarme solo a mis hijos, aprendí que a veces la vida toma caminos misteriosos. Que todo lo que aprendemos en algún momento nos es útil y que nunca estamos verdaderamente solos. Creo que mi error en la vida fue no haber estudiado cuando debí. También que no volví a hacer mi vida y buscar otra pareja, me dediqué solo a mis hijos y a mi mamá y me cerré al amor por siempre”.

La señora Dolores envía un mensaje a los jóvenes haciéndoles saber que los consejos de los viejos son algo que les servirá para aprender, así como cuidar sus valores pues “el respeto, la honestidad y ser honrado es lo más importante en una persona”.

Otras preocupaciones en la vejez

Hay cambios que se viven a nivel social como la falta de convivencia intergeneracional, la apertura sexual, la libertad de creencias, la crisis y madurez filial, la pérdida de seres queridos o el síndrome del nido vacío. Estos eventos pueden tener reacciones negativas tales como depresión, soledad, aislamiento y sufrimiento, entre otros.

Sin embargo, durante la vejez, la persona experimenta situaciones desconocidas y en ocasiones, difíciles. Por este motivo, es primordial adaptar su entorno y propiciar un ambiente cómodo y agradable.

Otra de las preocupaciones que tienen los adultos mayores es no pasar tiempo con la familia o verse desarropados de su cariño, afecto y cuidados. También les crea preocupación sentirse una carga para ellos, ya que los hijos suelen tener su vida ya realizada, con un trabajo e hijos.


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