El pirul de ancestros centenarios que ha visto pasar miles de historias de dolor y fe de migrantes, desde que quedó en el centro de la Posada Belén, tendrá el honor de ser parte de un jardín especial dedicado al padre Pedro Pantoja Arreola en la Casa del Migrante en Saltillo.
Y es que debajo de su sombra, con su tejana negra, de presencia fuerte, pero mirada compasiva, el padre Pantoja recibió a cientos de centroamericanos que llegaban y eran arropados por el personal del albergue. Hoy a dos años de la muerte del sacerdote, se hará este acto en recuerdo del defensor de los derechos de los migrantes.
Ese árbol que hoy tiene el nombre de "Árbol de los deseos", tiene sus ramas cargadas de sueños y agradecimientos escritas en papel enmicado, algunos ya borrados por los rayos del sol, pero ninguno anulado, porque los pies de esos soñadores siguen su ruta siempre al norte, contra viento y llanto.
Uno de esos sueños es el de Genis Omar Romero Ramos, quien el año pasado salió de Honduras, donde dejó a su hijo de 4 años y en su andar tuvo la desgracia de que el cansancio lo venciera y se quedara dormido en la “bestia”, para luego ser despertado por el dolor de haber perdido una de sus piernas.
La tristeza lo cubrió un tiempo, pero la fuerza volvió y su esperanza de una mejor vida siguió, hoy está en la Casa del Migrante en Saltillo, donde espera seguir su sueño de llegar a los Estados Unidos de América.
- Policía
Atrás quedaron parte de sus familiares, ya que él y sus tres hermanos huyeron de Comayagua al ser amenazados por no pagar una cuota para poder vivir en su propiedad de cafetales y en sus recuerdos quedó plasmada la vida del padre Pantoja, a quien recuerdan conocerlo de pláticas, porque desde hace años se hablaba de él como protector de los migrantes.
El padre Pantoja no pudo más debido a los estragos del Covid-19 por lo que falleció y su alma emprendió un viaje como lo hacen los migrantes al abandonar cada sitio, despidiéndose un 18 de diciembre de 2020, justo en el Día Internacional del Migrante.
KM