Desde 1920, la familia de Juan Antonio se ha dedicado a la panadería, siendo él, con 15 años de experiencia, la tercera generación que ha manteniendo la tradición en la ciudad de León.
El mes de enero es uno de los más importantes en cuestión de ventas para él y su familia, pues luego de finalizar Navidad y Año nuevo, ahora toca turno del Día de Reyes; una de las celebraciones más esperadas del año, ya que además de los regalos del 6 de enero, también se acostumbra degustar de una "Rosca de reyes", un pan que desde hace décadas es una tradición para las familias, la cual contiene el famoso "Muñeco", que, según la costumbre, a la persona que en su trozo de rosca se encuentre con él, deberá hacer los tamales el Día de la Candelaria que tiene lugar el 2 de febrero.
"Aquí tengo ya 15 años en Bugambilias haciendo pan, tengo toda mi vida haciendo pan y pues aquí estamos echándole ganas", explicó.
El proceso de elaboración de la rosca de reyes consiste principalmente en la preparación de la masa, pues es la base principal de este alimento; para ello, se tienen a la mano ingredientes como harina, huevo, mantequilla, levadura, azúcar y leche.
Una vez está lista la mezcla, se le da consistencia y firmeza en un bol y luego de ello, se amasa en una tabla, donde se le dejará reposar hasta que se infle lo suficiente.
Luego de ello se le da su forma característica y se le aplica huevo con una brocha en su superficie para que se adhieran los demás ingredientes; entre ellos la costra de azúcar y las frutas secas de selección, aunque lo común es que sea biznaga, sin embargo, al ser una planta en peligro de extinción, se opta por poner ate de membrillo o guayaba, por mencionar algunos.
"Lo más complicad es rellenarlas, ahorita ya están éstas rellenas, se les pone la misma fruta que es ate de membrillo, guayaba, pera e higo, que es lo mismo que llevan adentro y estirarlas el tiempo suficiente para que vaya agarrando la masa", añadió Antonio.
Hay quienes deciden rellenar la rosca con chocolate, crema de avellana o queso crema, pero luego de aplicar todos los ingredientes, sólo toca el turno de cocinar, que en el caso de Juan Antonio, en su horno se encuentran listas en aproximadamente 30 minutos.
Después toca el turno de empacar en una caja, ya sea chica, mediana o grande según lo que ordene el cliente.
En esta temporada, Antonio suele vender en promedio más de 400 piezas en su panadería con cercanía al bulevar Francisco Villa, lugar en el que ha estado vendiendo con apoyo de su familia.
MLMG