Cada 17 de enero, la iglesia católica en Puebla venera a San Antonio Abad, un religioso que vivió entre los III y IV en Egipto y murió a los 105 años de edad.
La historia narra que el monje entregó todos sus bienes a los pobres para vivir en el desierto como ermitaño, esto tras escuchar la palabra de Jesús a través de una escritura que decía: “si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres”.
San Antonio Abad, protector de los animales
De acuerdo con los relatos de San Atanasio y de San Jerónimo, San Antonio fue tentado muchas veces por el demonio en el desierto. De hecho, las tentaciones que supuestamente sufrió se convirtieron en un tema recurrente en el arte sacro.
Un relato explica que una jabalí y sus crías que estaban ciegos se acercaron a San Antonio y él los curó, desde ahí los animales nunca se separaron y lo protegieron de peligros. Incluso, en algunas pinturas Abad es representado con un cerdo a los pies del santo.
En los inicios de la devoción a San Antonio de Abad, los dueños de caballos y mulas llevaban a sus animales a bendecir para evitar accidentes a lo largo del año. Con el tiempo la práctica se fue extendiendo para pedir por las mascotas.
San Antonio Abad en Puebla
En la ciudad de Puebla, los devotos acuden el 17 de enero con sus mascotas al tempo de San Antonio ubicado en la calle 24 Poniente número 110 en el barrio del mismo nombre. Este año, la celebración religiosa se realizará de manera presencial y virtual como parte de las medidas preventivas ante covid-19.
IGO