Se ha vuelto toda una tradición desde hace ocho años que la familia Pineda Casas realice una peregrinación a San Judas Tadeo desde la parroquia en la colonia Las Torres hasta la colonia Universidad, cerca de El Tajito donde se ubica su vivienda, y posteriormente ofrecen una reliquia en honor al milagroso santo, para agradecerle la recuperación de uno de sus hijos, y a la que se suman cerca de mil feligreses.
En entrevista, el señor Héctor Pineda Huerta, quien organiza dicho festejo, habló acerca de la tradición que ha emprendido su familia.
Señaló que fue hace 9 años cuando la situación de su hijo cambió por completo la dinámica familiar y que en este camino, encontraron en San Judas Tadeo la luz para mantenerse con esperanzas.
“Hicimos como tradición venerar a San Judas por ese gran favor que nos hizo. No éramos devotos. A mi esposa le dijeron ‘enfócate a San Judas’, le dieron oraciones, y juntos empezamos a orar y nos hizo el milagro y gracias a Dios estamos haciendo esto desde hace ocho años ininterrumpidamente".
Madrugan para peregrinarle a San Judas
La familia Pineda Casas arriba el 28 de octubre desde temprana hora a la parroquia de San Judas para presenciar la misa de 8:00 de la mañana.
Una vez que concluye la misa, llevan a la banda Última Generación para que le cante un par de temas al santo y posteriormente se acomodan a las afueras de la iglesia sobre la avenida Juárez, para disponerse a avanzar con la imagen del apóstol de Cristo.
La banda, una danza azteca y los cientos de feligreses que junto con la familia recorren la avenida Juárez, retomando la calzada Xochimilco, luego la avenida Rovirosa Wade y finalmente calles de la colonia Magdalenas hasta llegar a un costado de El Tajito.
Regalan despensas y bolos en agradecimiento
Cabe destacar que además del recorrido y la reliquia, la familia ofrece muchas cosas más a la gente que los acompaña.
"Llegando a la quinta de nuestra casa, ofrecemos 900 despensas a la gente que viene con nosotros, de hecho se suman personas de diversas colonias, les damos la tradicional reliquia, hacemos mil bolos para darles a los niños".
Por su parte Raquel Casas, esposa de Héctor Pineda, recordó que esta tradición la iniciaron con poca gente, entre 40 y 50 personas, casi pura familia, y ahora se llegan a congregar mil 500 y hasta dos mil ya por la noche.