El Señor de las Maravillas es la imagen religiosa más querida y venerada por los devotos católicos en Puebla. Ante su altar le claman salud, trabajo, protección y le atribuyen un sinfín de milagros.
Esta figura es la representación de Jesús que sucumbe ante la cruz, además, la escultura muestra el semblante de sufrimiento, ya que en que su rostro se refleja la sangre provocada por el martirio durante una de las caídas previas a la pasión y muerte.
El hogar del Señor de las Maravillas es el templo de Santa Mónica, un edificio del siglo XVII ubicado en la calle 5 de Mayo y avenida 18 Oriente - Poniente en el Centro Histórico de Puebla.
El Señor de las Maravillas y el milagro de las flores
Los historiadores narran que la imagen del Señor de las Maravillas llegó al templo de Santa Mónica, luego de que un grupo de monjas Agustinas ganó una rifa.
Fue así como la advocación de Jesús fue trasladada al ex convento, en el que surgieron los chiles en nogada. Desde ese momento, las hermanas religiosas se encargaron de cuidar la imagen, y ahí creció la historia de fe y devoción a partir de un milagro, un relato popular que sigue vigente con fervor hasta nuestros tiempos.
Se cuenta que una mujer acudía todos los días para venerar a Jesús y le pedía protección para su esposo que permanecía preso en la cárcel de Juan de Dios, casi enfrente de recinto católico.
La devota le llevaba flores todos los días a la imagen, y después iba a visitar a su marido, pero en una ocasión conoció a otro preso, un hombre solitario a quien decidió llevarle comida.
El tiempo pasó y su esposo fue liberado, sin embargo, ella no frenó su labor caritativa, hasta que un día su marido desconfió de las ausencias de su esposa y la buscó, hasta interceptarla, diciéndole:
- ¿Qué llevas en el canasto?, le preguntó el hombre
- Maravillas para el señor, respondió la mujer
En ese momento la comida se había convertido en flores de maravillas, por lo que su esposa confesó sus acciones. Ambos buscaron al preso, pero ya no estaba, en cambio, las flores fueron llevadas ante el Cristo de la Caída, y de ahí comenzó la devoción y la atribución de múltiples milagros.
Señor de las Maravillas, el más querido en la procesión de Viernes Santo
El Señor de las Maravillas tiene el tamaño de un hombre real y pesa cerca de 70 kilos. Su vestimenta es bordada a mano y es donada por fieles católicos.
En 2013 su templo se incendió pero él resultó intacto, reforzando la fe y veneración. Ante él, le claman salud, trabajo y piedad.
Actualmente, la figura del Señor de las Maravillas forma parte de la procesión de Viernes Santo en Puebla. Es la última imagen que participa en el recorrido y es quien se lleva la ovación y aplausos de los feligreses.