Debido a la sequía y retraso en las lluvias el sector ganadero y el agro en Nuevo León ha sido afectado; la ganadería ya registra una baja entre el 25 al 30 por ciento del inventario (población ganadera) y de no llover podría llegar a una caída del 50 por ciento para finales de año.
Manuel García, presidente de la Asociación Mexicana de Criadores de Ganado Simmental Simbrah, dijo que la sequía ha afectado mucho a la ganadería, aunado a la presión inflacionaria, un sector que apenas se estaba recuperando de los efectos negativos que causó la pandemia del covid-19 y ahora padece los efectos de la sequía.
En Nuevo León existe ganado bovino, caprino y los porcinos, en ese orden al censo de 2015, hay 470 mil cabezas de bovino, más de medio millón de caprinos y unos 220 mil porcinos.
Sin embargo, según la Unión Regional Ganadera de Nuevo León, el hato reproductivo está conformado por unas 620 mil vacas y al año producen en promedio unos 320 mil becerros, por los efectos de la sequía se ha venido reduciendo.
Por su parte, Mario Manzano Camarillo, profesor-investigador de la escuela de ingeniería y ciencias del Tecnológico de Monterrey, indicó que de continuar esta situación habrá pérdidas millonarias y merma en el hato ganadero hasta 30 por ciento.
“A los productores les está yendo mal, no solo del sector ganadero de Nuevo León, esto es un fenómeno que está manifestándose desde el año pasado en muchas partes del mundo y del país también, sobre todo del norte de México”, indicó.
Se tiene un déficit de lluvias de casi cuatro años, a diferencia del 2011 que también registró sequía, sin embargo, ésta duró un año y ahora ya van tres años.
El catedrático del Tecnológico de Monterrey planteó la necesidad de implementar acciones como bancos de agua y bancos de alimentos para los animales, pues es necesario cuidar mucho la alimentación de los sementales, ya que mal alimentados se vuelven más susceptibles a enfermedades.
La falta de lluvia ha mermado la producción de granos y pasto, el monte o pastizal está en condiciones deplorables por la sequía, no hay forraje, arbustos, y los animales requieren de todo esto.
El otro aspecto es el agua, por ejemplo, una vaca o toro adulto consumen 70 litros de agua diarios, así que si el productor tiene 500 cabezas o mil cabezas estamos hablando de 60 mil litros de agua diarios que tiene que asegurar.
Lo que está ocurriendo es que están mal vendiendo sus animales para salvar su negocio, aseguró.
Para la catedrática de la UDEM, Rocío Gómez-Tagle Rangel, la sequía tendría un impacto de escasez de algunos alimentos como la leche, la carne, entre otros productos.
“Al no haber agua, no hay leche, y al no haber alimento el ganado estará menos gordo y menos carne, es una situación muy crítica”, agregó.
El problema de Nuevo León es que no se tienen los mecanismos para extraer el agua, ni los acueductos.
mvls