Regalar rosas rojas el 14 de febrero como una muestra de amor y cariño hacia nuestras parejas se ha convertido en una tradición que se lleva a cabo año con año en diferentes partes del mundo, en la que no necesariamente se tiene que regalar un ramo enorme para reflejar el intenso amor que se tiene hacia una persona, basta con una sola rosa para representar sin palabras los sentimientos hacia tu ser amado.
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¿Qué significa regalar rosas rojas?
El significado de regalar rosas rojas en San Valentín parte desde los colores representados, ya que en ocasiones puedes obsequiar rosas de diferentes colores, sin embargo, el rojo de acuerdo a la psicología del color, representa el amor eterno y la pasión, conceptos que pueden prestarse perfectamente para la ocasión.
¿Por qué se regalan rosas rojas?
Las teorías que explican el motivo por el que se acostumbra regalar rosas rojas el 14 de febrero son muy variadas, pero llevan como protagonista de todas las historias relatadas, el nombre de ‘San Valentín’.
La historia que llega a darle mayor sentido a la tradición de obsequiar rosas, relata que San Valentín era un sacerdote muy conocido en el año 269 d. C, durante el imperio de Claudio III, el emperador de la época, quien solía prohibir a los jóvenes guerreros casarse para que de esta manera, no tuvieran vínculos familiares y su ingreso al ejército fuera más sencillo.
El objetivo del emperador solía no cumplirse como lo tenía planeado y es que, al ser San Valentín el defensor del amor y el matrimonio en aquella época, acostumbra a casar a los jóvenes en secreto, sin embargo, Claudio III no tardó mucho en darse cuenta de lo que sucedía y mandó a ejecutar al sacerdote.
Como parte de la sentencia, el sacerdote fue encarcelado antes de ser ejecutado y durante ese transcurso, Valentín se enamoró de la hija del carcelero, a la que antes de morir declaró su amor con una nota y una rosa roja, para posteriormente ser ejecutado un 14 de febrero.
Otra teoría señala que uno de los carceleros que custodiaba al sacerdote lo retó a curar la ceguera de su hija y de esta manera demostrar su santidad, petición que San Valentín cumplió, sin embargo, esta acción no impidió que su castigo se llevara a cabo y días después fue ejecutado.
Como parte de un agradecimiento y una disculpa por no haberlo ayudado, el carcelero plantó en la tumba del sacerdote semillas de rosas rojas, mismas que crecieron con el paso del tiempo y dieron inicio a esta tradición.
KM