Con la leyenda 'No es fácil asimilar tu partida, pero tú recuerdo es lo que nos reconforta' plasmado en una tabla, es así como don José Robles acudió a Talpa de Allende para ofrecer su caminar por el fallecimiento de su madre, para después colocar regresar al cerro de las Cruces.
Don José Robles en primera instancia llegó a visitar a la virgen de Talpa tras una larga trayectoria de Puerto Vallarta hasta la Virgen del Rosario.
El peregrino mencionó regresará caminando hasta el cerro de las cruces o también conocido como El Espinazo del Diablo.
“Esta placa no se queda aquí, primero Dios la voy a llevar de regreso al cerro de las Cruces, mañana primero Dios voy a tratar de madrugar de aquí y probablemente voy a llegar a Atenguillo el 14 de abril a esa placa”, contó José.
La madre de José, la señora María Concepción Villa Navarro les daba la bendición cada que salían de viaje, por ende don José acudió con bastante sentimiento antes de su peregrinaje a la tumba de su madre por su bendición.
“Esta personita es mi mamá y va a cumplir dos años de fallecida. Un día antes de este recorrido de seis días, porque yo voy hasta Ameca, fui a su tumba y le dije que me diera su bendición”, cuenta José.
Don José Mencionó que a pesar de todas sus molestias y malestares, valió completamente la pena para cumplir con su promesa.
“Me tocó ir a acompañarla a pesar de que ya no está en vida, fui para que me diera su bendición y aquí la traigo, es pesado el recorrido por qué esa ruta de Cuastecomate, Nayarit, hacia acá es muy difícil”, cuenta José.
Recalcó el señor Robles que la parte más importante de su recorrido era el llegar al cerro de las Cruces a colocar el memorial de su madre, para posteriormente regresar de nueva cuenta a su natal Puerto Vallarta.
"Me hizo prometer que teníamos que venir descalzas": María Jesús acude a cumplir promesa con su madre
María de Jesús Lázaro Ascencio con problemas en las vías biliares, descendió descalza junto con su hermana la Cruz de Romero, debido a una manda que no realizó con su mamá que recientemente falleció.
“Traigo una manda por qué mi mamá falleció hace siete meses pero yo estoy enferma y me hizo prometer que teníamos que venir descalzas y bajar la Cruz de Romero, ahí traemos las cenizas y pues ya no alcanzamos a pagarla juntas pero ahí venimos”, comenta María de Jesús Lázaro Ascencio.
Su madre falleció de un infarto cardiopulmonar a los 56 años, María comentó que no es lo mismo peregrinar sin ella, pero debe de cumplir lo que le prometió en vida.
“Una emoción muy grande, un dolor igual más grande todavía, el no traerla conmigo en carne y hueso, la traigo ahí en sus cenizas pero pues no es lo mismo, acá viene también pero no es igual”, asegura María de Jesús.
A pesar de los días caminados, María y su familia estaban contentos por llegar por fin ante la imagen sagrada y así poder descansar por la larga travesía.
Ella y su hermana junto con sus demás hermanos y familiares acudieron desde San Pedro Tlaquepaque, para empezar a caminar desde Lagunillas en el Cerro del Obispo y terminar su largo peregrinar en la Basílica de la Virgen del Rosario en Talpa de Allende.
"El tiempo que estuvo conmigo la disfruté", acude a recordar a su pequeña sobrina
Con sonaja en mano Angélica acudió a la ruta del peregrino para así cumplir una manda por su sobrina fallecida por una enfermedad.
“Hace unos años nació mi sobrina y estaba muy malita y yo le dije a la virgen que sí me la curaba me venía caminando (...) la bebé ya no está pero aquí vengo a cumplir vengo caminando desde Ameca, sí pesado”, cuenta Angélica.
Aunque la menor falleció, Angélica emprendió su viaje para así acudir ante la Virgen de Talpa de Allende para cumplir lo que le prometió y así poder orar por el eterno descanso de su sobrina.
Todo el dolor y fatiga vale la pena para ella, ya que ofrecen estos malestares a la Virgen del Rosario para ser considerada en sus rezos y oraciones, además asegura que aunque su sobrina “ya no está conmigo, pero el tiempo que estuvo conmigo la disfruté”.
Aunque los dolores y malestares son diversos ella lleva un buen paso para llegar cuanto antes a Talpa de Allende y así cumplir su promesa en el templo ante el altar.
AAM