La matrícula en el nivel preescolar continúa disminuyendo desde la pandemia por COVID-19, un fenómeno que se ha resentido particularmente en planteles públicos como el Jardín de Niños Tierra y Libertad, ubicado en la colonia Benito Juárez.
Su directora, Claudia Román, explicó que la reducción responde a cambios demográficos y a una tendencia cada vez más evidente entre las nuevas generaciones: posponer o renunciar a la maternidad y paternidad.
“Los jóvenes ya no quieren tener ese compromiso o son más conscientes de lo que representa tener un hijo y su crianza; ya no quieren tener hijos. Las familias ahora son de uno o dos niños como máximo y eso se refleja directamente en la población escolar”.
En este jardín, la baja se percibe especialmente en el primer grado de preescolar, un servicio que hace algunos años no se ofrecía y que ahora se mantiene con grupos reducidos.
Aunque algunos padres expresan dudas sobre si sus hijos de tres años están listos para ingresar, principalmente por el uso de pañal o dificultades en el lenguaje, la directora asegura que la atención temprana es clave para su desarrollo.
Román destacó que, tras la pandemia, se observaron rezagos visibles en la interacción social de los menores.
Sin embargo, los niños que comienzan desde el primer grado muestran un avance más sólido durante su permanencia en la institución, tanto en habilidades comunicativas como en madurez emocional.
“Los niños que sí entran a primero de preescolar llegan a segundo con más habilidades, más madurez y mejor socialización. Llegan como bebés, pero en pocos meses dejan el pañal, hablan más claro y se relacionan mejor con sus compañeros, lo que les ayuda mucho al salir de preescolar y entrar a primaria”.
La docente explicó que, aunque muchos padres procuran estimular a sus hijos en casa, el ambiente escolar proporciona interacciones entre iguales que son esenciales y no pueden reemplazarse.
La convivencia cotidiana permite que los pequeños aprendan a comunicarse, resolver conflictos, seguir normas y fortalecer su autonomía.
Con las preinscripciones programadas para febrero del próximo año, Román hizo un llamado a las familias de la colonia Benito Juárez y zonas cercanas para acercarse desde ahora a la institución y asegurar un espacio.
Las instalaciones, aseguró la maestra, son amplias, cuentan con áreas de juego y mobiliario adecuado, y el personal está capacitado para atender a niños pequeños, incluidos aquellos que aún no controlan esfínteres.
La directora invitó a los padres a acudir desde ahora para asegurar un espacio y recibir orientación sobre los requisitos, que son mínimos.
“Solo se necesita el acta de nacimiento, la CURP del menor, la credencial de elector de los padres y comprobante de domicilio. Queremos que las familias conozcan el servicio y aprovechen que ya atendemos a niños desde los tres años, con maestros y áreas adecuadas para su crecimiento y formación”, finalizó.
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