Cada día es más común que las personas adopten gatitos para compartir un momento de alegría y aventuras en el hogar, y es normal que al estar tan acostumbrados a estos pequeños animales, decidamos llamar también como felinos a especies totalmente diferentes como son los tigres.
Aunque ciertamente son muy parecidos, la realidad es que su aspecto más grande que el de un gato común nos habla mucho de las diferencias que existen, y las cuales debemos tomar en cuenta al momento de clasificarlos.
¿Por qué los tigres no son felinos?
No es muy complicado conocer la diferencia, aunque la mayoría de las personas suelen pensar que pertenecen a la misma línea biológica, los tigres forman parte de la familia de los félidos, muy diferente a la de los felinos.
De acuerdo a National Geographic, se le conoce como félidos, a los animales cuyas garras son retráctiles, es decir, que pueden utilizarlas cuando les sean necesarias, por ejemplo, al momento de cazar una presa, en donde el uso de éstas son indispensables.
Además, también es importante destacar que los félidos son característicos por su habilidad de rugir, a diferencia de los felinos, los cuales suelen maullar, como estamos acostumbrados al momento de convivir con un gato.
A su vez, en esta misma diferencia entre felinos y félidos existe una subfamilia, la cual es llamada panterinos, en donde los mamíferos como la panthera leo (león), panthera tigris (tigre) y panthera pardus (leopardo), son llamados así por su nombre científico.
Por ello, las especies como los leones tampoco son felinos, tal y como estamos acostumbrados a verlos, aunque sí hay una excepción al momento de hablar de los guepardos, que aunque tienen la capacidad de rugir como los tigres, éstos son considerados acinonyx.
Los guepardos son el único representante vivo de este género, y aunque no muchos lo conocen, es característico por su abundancia y diversidad, sin embargo, no genera ningún cambio al considerar a los tigres como félidos y no felinos.
KM