En un emotivo y desgarrador acto, el pueblo de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, despidió a Alejandra Rivas Gómez, una joven madre de 35 años que fue asesinada en Colima junto a su bebé, María José. Tras ser velada, su cuerpo fue llevado en caravana hasta la parroquia de San Antonio de Padua, en el centro del municipio, donde una multitud de habitantes y familiares se reunió para rendirle el último adiós y clamar justicia por su vida, injustamente interrumpida.
“Nos falta la bebé. Queremos justicia, justicia para Alejandra y para María José, que se escuche, griten. Queremos justicia. Estamos todos unidos. Estamos todo el pueblo unido”, exclamaron los asistentes.
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Ante este trágico caso que ha provocado indignación en toda la comunidad, la iglesia se llenó de familiares, amigos y vecinos que, pese a las limitaciones del espacio, se sumaron al homenaje permaneciendo también en la explanada.
¿Cómo apoyó la comunidad a la familia?
Durante la misa, el sacerdote pidió a los asistentes que repitieran tres veces que la familia no estaba sola en su dolor, recordándoles que el pueblo entero de Tlajomulco los acompaña en este desgarrador momento. La solidaridad fue evidente y la comunidad reafirmó su compromiso de no abandonar la exigencia de justicia.
Dagoberto Rivas, padre de Alejandra, compartió su desconsuelo y desesperación al no haber recibido aún los restos de su nieta María José, pues continúan en pruebas de peritaje. Hizo un llamado a las autoridades de Colima para que agilicen el proceso y permitan a la familia cerrar esta dolorosa etapa.
"Que nos hagan caso, queremos ya saber de ella. Por favor, ya queremos saber una cosa, la noticia que sea, pero ya queremos saber", expresó Dagoberto Rivas,
Además, mencionó que Mariano “N”, presunto responsable y padre biológico de la bebé, ya estaría detenido, aunque la incertidumbre y el dolor persisten. Al respecto añadió con indignación que una persona capaz de tales actos no tiene corazón.
"Yo no lo conocí en persona, solo por fotografías. Una gente de esas no tiene arrepentimiento, porque esa gente no tiene corazón, de plano, como ser humano no tiene corazón", comentó el señor Dagoberto.
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Por su parte la madre de Alejandra, María Cristina Gómez, agradeció a la comunidad y a todos los presentes por el apoyo recibido, siendo sus palabras un reflejo de la unión que la tragedia ha despertado entre los habitantes del municipio.
"Muchísimas gracias a todos por tanta ayuda, a todo mi pueblo de Tlajomulco y a todos ustedes por este gran apoyo". Expresó María Cristina.
Tras la misa, una banda de música regional acompañó a alrededor de 300 personas en el cortejo hasta el panteón, donde los presentes, entre llantos y gritos de justicia, despidieron a Alejandra y a su hija con el dolor de saber que ambas fueron víctimas de un acto que nunca debió ocurrir. En este último adiós, la comunidad reafirmó su unión y compromiso de mantener viva la memoria de Alejandra y su bebé, exigiendo que las autoridades actúen con prontitud y claridad para que estos terribles hechos no queden impunes.
AM