La tranquilidad del Fraccionamiento Revolución en Tlaquepaque ha sido interrumpida desde el 24 de septiembre pasado, cuando Catalina “L”, una mujer de 58 años, fue denunciada por un brutal acto de maltrato animal. En un incidente que indignó a los residentes y generó repudio en las redes sociales, Catalina fue captada arrastrando a un perro amarrado a la parte trasera de su camioneta por varias calles del barrio. A pesar de que fue arrestada por este crimen, las autoridades decidieron dejarla en libertad, una decisión que sigue causando frustración entre los vecinos, quienes no han vuelto a verla desde entonces.
Uno de los residentes del fraccionamiento comentó que tras el escándalo, la mujer no ha regresado a su casa ni al barrio. Los vecinos nunca imaginaron que Catalina, quien llevaba una vida aparentemente tranquila y socializaba de manera normal con ellos, podría cometer tal acto de crueldad.
“Yo sí estoy en contra de las personas que tratan mal a los animalitos. A la señora le tocó, pues ya. Yo pienso que difícilmente va a venir al barrio, no creo que venga por mucho tiempo”, comentó el habitante del fraccionamiento.
¿Cuál fue la reacción de los vecinos ante la noticia?
El incidente ha dejado una profunda huella en la comunidad. El residente asegura que Catalina era una clienta regular en su tienda y que nunca mostró signos de ser violenta o cruel.
“La persona como cliente venía, me compraba cigarros, compraba galletas por un niño que tiene internado, un hijo; saludaba y punto. Sorpresa cuando sale en internet y de pronto la vemos haciendo eso, pues sí, todo mundo se indignó. Queremos muchísimo a los perritos tengo uno aquí y Dios mío”, señaló.
La molestia en la comunidad no solo se centra en el acto de maltrato animal, sino también en la aparente impunidad con la que se le ha tratado. Para los vecinos, el hecho de que las autoridades la hayan dejado en libertad a pesar de las pruebas contundentes, ha sido indignante.
"Más que animal, es un ser vivo, y sí usted tiene derecho a vivir, a comer y a tomar agua y muchas cosas que ellos no, porque aguantan calor, aguantan frío, aguantan golpes y aguantan todo y sin embargo un perrito, un perrito sí da la vida por usted eh" declaró el residente.
¿Qué ha pasado con la vivienda de Catalina?
Desde el día de su arresto, la casa de Catalina “L” permanece vacía. La cortina sigue abierta y no se ha visto movimiento en la vivienda. Algunos vecinos mencionaron que aunque ella tenía otros animales, un perro pastor alemán y una gata, ellos se encargaron de alimentarlos hasta que un familiar se los llevó.
“Y llego y le silbo y ya, se viene porque ya me conocía mi silbido, en tres días ya me conocía. Y ahora sí ni qué decir, porque pues no se veía. De pronto una persona me dijo, vino su hijo y una hermana o no sé qué y se la llevaron”, explicó el vecino, evidenciando el desamparo en el que quedaron los animales durante los primeros días tras la detención.
Aunque poco se sabe sobre Catalina “N”, algunos mencionan que trabajaba como custodia en el tutelar de menores, lo cual genera aún más inquietud entre los habitantes del fraccionamiento. Para ellos, es alarmante que una persona capaz de semejante crueldad esté a cargo de la seguridad de otros seres humanos.
La incertidumbre sobre si Catalina volverá al barrio sigue latente, pero lo que es claro es que su ausencia ha dejado dudas en la comunidad, que sigue esperando justicia para el perro que sufrió este cruel acto.
AM