Torreón es sede de la reunión anual de la Red Zona Norte de Casas, Albergues y Comedores para Migrantes que reúne a colectivos de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y San Luis Potosí que enfrentan una severa crisis ante la gran afluencia de personas procedentes de Centro y Sudamérica, Haití, Ucrania y Rusia.
El Obispo de Juárez y Presidente de la Dimensión Episcopal de Movilidad Humana, Monseñor José Guadalupe Torres Campos, señaló que la situación en las fronteras mexicanas es muy compleja tanto en el sur como en el norte, manteniendo al tope las 56 casas de migrantes en la ruta de tránsito debido a un gran desplazamiento nacional y de extranjeros.
A pesar del repunte migratorio de centroamericanos, ahora se suman venezolanos, un país que no registraba expulsión poblacional con el sueño americano al buscar como refugiados la Protección Internacional en los Estados Unidos.
¿Cómo se sostienen los comedores humanitarios?
Los albergues, casas y comedores humanitarios que atienden a migrantes en el país, se sostienen prácticamente con la labor altruista de la población y el apoyo de las iglesias, y son pocos centros de atención dependientes de las autoridades locales, incluso denunciaron que el actual Gobierno Federal desapareció el Fondo de Apoyo al Migrante.
“Cada estado recibía un porcentaje en base al número de personas mexicanas expulsadas desde Estados Unidos, obviamente estados como Chiapas y Oaxaca recibían más recursos y ahora ese fondo se desapareció desde la actual administración federal”, recriminó Blanca Navarrete, activista de Organización Día.
Ante la gran afluencia migratoria y crisis que enfrentan los espacios humanitarios, el Episcopado Mexicano ha solicitado a la Cancillería Mexicana adoptar las políticas públicas para atender el fenómeno migratorio que tienen rebasada la atención de la sociedad civil ante las acciones de retención en la frontera norte.
Desde el 2016, el fenómeno migratorio se ha transformado, pues del desplazamiento de hombres hijos y padres de familia, ahora son familias completas, mujeres, menores sin acompañamiento y caravanas, lo que se ha convertido en un problema humanitario ya que la emigración ya no es sólo por la falta de empleo o la pobreza, ahora huyen de la inseguridad y persecución política, llegando a la frontera con solicitudes de refugio.