El Antiguo Hospital Civil de Guadalajara reporta un aumento en los casos de trastornos alimenticios, especialmente entre jóvenes de 12 a 18 años. Sin embargo, los especialistas advierten que niñas de apenas siete años ya presentan conductas preocupantes relacionadas con la obsesión por controlar su peso.
Estas enfermedades, como la anorexia y la bulimia, surgen de factores multifactoriales que incluyen presiones sociales y estándares promovidos en redes sociales. Además, la falta de detección oportuna puede prolongar los riesgos para la salud física y mental de quienes las padecen.
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¿Qué provoca los trastornos alimentarios?
Los trastornos alimenticios tienen causas complejas. Según el psiquiatra Humberto Arizpe, pueden derivar de problemas endocrinos, presiones sociales, entorno escolar e incluso la influencia de redes sociales. Estas plataformas, al promover estándares corporales poco realistas, afectan la percepción de los jóvenes sobre su cuerpo, llevándolos a prácticas alimenticias dañinas.
Además de los desencadenantes psicológicos, las enfermedades pueden presentar síntomas físicos como pérdida extrema de peso, caída de cabello, alteraciones en la menstruación y cambios en la coloración de la piel. Detectar estos signos es esencial para prevenir consecuencias graves.
Cinco de cada 10 personas diagnosticadas con trastornos alimenticios logran recuperarse en un periodo de tres años. Sin embargo, la mitad restante puede recaer, lo que refuerza la importancia de la prevención y el tratamiento continuo.
El Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos Alimentarios, celebrado el 30 de noviembre, busca concienciar sobre la necesidad de atender esta problemática, que afecta a un número cada vez mayor de jóvenes.
¿Cómo identificar y actuar ante los signos de alerta?
Si tu hijo o hija presenta cambios en su patrón alimenticio, como evitar las comidas o consumir alimentos en exceso, podrías estar ante una señal de alerta. Estos cambios, cuando persisten por más de tres meses, suelen acompañarse de otros síntomas físicos y conductuales que no deben ignorarse.
La recomendación principal es buscar ayuda profesional de manera inmediata. Psiquiatras y psicólogos pueden evaluar la situación y ofrecer un tratamiento integral que incluya apoyo emocional y planes de recuperación enfocados en mejorar la calidad de vida de los pacientes.
MQ