Estudiantes de la carrera de Psicología de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) presentaron durante el II Coloquio estudiantil Investigando en tiempos de pandemia sus trabajos que desarrollaron durante la emergencia sanitaria por covid-19, mismos que abordaron los temas de sexualidad, prejuicios, tabúes, actitudes parentales, videojuegos y el uso de dilemas morales en el desarrollo infantil.
Los estudiantes Adrián Cuevas Bonilla, Luciano Felipe De la Rosa, Lizbeth García Vidal, Marcos Martínez Rojas, Lizeth Amellali Moctezuma Ortega y Javier Nieves Garrido, quienes cursaron su trimestre en confinamiento, investigaron el desarrollo moral de los menores, con el fin de analizar los proceso de subjetividad que los han formado dentro de un espacio social.
Durante su exposición como parte del Módulo siete, Desarrollo y Socialización II, que analiza las dimensiones afectivas y cognitivas del proceso de socialización en la niñez y pubertad, Cuevas Bonilla detalló que, durante la etapa de latencia y pubertad, el desarrollo moral es un factor que moldea la conducta y cultura de una persona, ya que es el periodo en el que surgen procesos de razonamiento y reflexión.
De acuerdo con el estudiante de la UAM, desde la noción freudiana, la latencia es la fase en la que el niño sepulta el complejo de Edipo, aproximadamente a los cinco años; mientras que a los 11 concluye para dar comienzo a la pubertad.
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Diversos conceptos teóricos tratan el tema del desarrollo moral desde la vista del psicoanálisis, lo cognitivo-evolutivo y teorías del aprendizaje; además, esta investigación se basó en las teorías hechas por Jean Piaget, quien definía la moral como un sistema de reglas y la inteligencia homana la consideraba como una construcción y el desarrollo intelectual de una evolución.
Los miembros de la UAM concluyeron que los dilemas morales resultan útiles para explorar el nivel de apropiación consciente de los valores en niños, debido a que cada situación planteada arrojó un razonamiento lógico e individual, mismo que les permitió observar el desarrollo moral del menor, su habilidad social, la empatía, sus racionamientos conductuales, sus propias opiniones y la forma de integrar sus sentimientos y emociones en la resolución de conflictos.
El equipo de estudiantes conformado por Janet Elizabeth Ortega Urbina y Angélica Lissette González Téllez investigó el papel de los videojuegos y su implicación en el periodo de latencia, partiendo del concepto teórico de Freud sobre dicha etapa y de la incorporación de otras teorías que sostienen que es una fase de mucha angustia para el infante, pues lucha contra las pulsiones sexuales y el desarrollo cognitivo.
Durante los dos años de confinamiento por la pandemia por covid-19, muchos niños experimentaron una socialización virtual y sus espacios de recreación se posaron en muchos casos sobre los videojuegos, en donde forjaron identidad y moral.
El estudio determina que en la etapa de latencia los niños se interesan por contenidos que tienen que ver con destrucción y muerte; no obstante, ven el fallecimiento como algo externo a ellos, pero reflejan los conflictos propios de su vivencia y el entorno de pérdidas en el ámbito de la pandemia.
Adriana Monserrat Alvarado Lucas, Eli Godoy Robles, Andrea Rojas García, Leslie Luz Andrade Nava, María Fernanda Carpio Escoto y Lucero Guadalupe Moreno Espejel crearon una revista dirigida a jóvenes de entre 12 y 21 años a la que llamaron Little Uneasy but… necessary, donde abordan diversos aspectos sobre sexualidad utilizando un lenguaje coloquial y empático que facilitara el tratamiento de un asunto, debido a que esa etapa de la vida resulta difícil de digerir por los prejuicios que los rodean.
La publicación se compone de dos secciones, una dirigida a personas de 12 a 15 años, en la que se desarrollan temas sobre menstruación, aparatos reproductores, identidad de género, derechos sexuales y métodos anticonceptivos; en tanto que la segunda está enfocada a personas de 16 a 21 años, en la que son abordados contenidos sobre violencia, mitos, tabúes, enfermedades sexuales, erotismo, pornografía, sexting y apoyos institucionales.
Nery Esperanza Cuevas Ocampo, académica del Departamento de Educación y Comunicación, explicó que este ejercicio le permitió a los estudiantes pasar primero a la palabra de lo observado y, en un segundo momento, contrastarlo con los fundamentos teóricos.
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