La última cena es conocida como uno de los momentos mas determinantes en la historia de Jesús, pues según la Biblia, se trata de los últimos instantes que Jesús y los discípulos pasaron juntos, y fue donde el mesías anunció que uno de ellos lo traicionaría entregándolo a los judíos para su posterior crucifixión.
Este momento, también ha sido inmortalizado por el pintor italiano Leonardo da Vinci en la pintura del mismo nombre.
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Miles de relatos se han originado a partir de este histórico momento, así como dudas existenciales como qué fue lo que se habló durante dicha cena, y qué comida fue la que conformó el último banquete de Jesucristo.
Almudena Villegas, especialista en historia de la cocina y autora de La cocina hebrea (Almuzara), se ha tomado la tarea de analizar qué fue lo que Jesús y sus discípulos cenaron esa noche.
Pan ácimo, cordero, lechuga, aceite de oliva, aceitunas y vino tinto que tomaron en una sola copa constituyó el menú de la última cena, en la que también es probable que se comiera pescado y algún guiso de legumbres, así lo aseguró Almudena.
Con más de 40 libros sobre gastronomía, cocina e historia de la comida, Villegas ha asegurado que los Evangelios señalan cómo Jesús y sus discípulos se dispusieron a preparar la cena pascual -la pascua judía no coincide con la Semana Santa, pero también se celebra en primavera-, cuyo plato central es el cordero pascual, un animal joven nacido el invierno previo, una carne tierna y de calidad.
Todos los alimentos de la celebración simbolizan algún hito de la historia del pueblo judío, según Villegas, miembro de la Real Academia de Gastronomía y de la Red de Excelencia de Investigadores del Instituto Europeo de Historia de la Alimentación, como ejemplo, la pascua judía conmemora la salida de Egipto y, por tanto, el fin de la esclavitud, en la celebración se incluían hierbas amargas, como la lechuga, en conmemoración de la esclavitud.
En la mesa de la última cena debió haber igualmente aceitunas y aceite de oliva que, presente en todas las mesas de la época, se empleaban tanto para mojar el pan como para aliñar los alimentos, además de que también era habitual algún guiso de legumbres, probablemente lentejas, según la historiadora.
El vino tinto mencionado en los Evangelios que todos los asistentes a la última cena tomaron de una misma copa también estaba presente, así como pescado, probablemente por ser pescadores algunos de los discípulos. Finalmente, para el postre, debieron ser dátiles e higos secos, con miel.
La Biblia supone una fuente histórica básica para el estudio de la alimentación porque, no exageran en cuanto a estos puesto que eran considerados una mera fuente de supervivencia, según ha considerado Villegas, quien tiene el Premio Nacional de Investigación en Gastronomía, el Premio Nacional de Gastronomía a la mejor publicación y el Premio de la Academia Internacional de Gastronomía, entre otros.
DASH