Pese a la campaña permanente "Bájale y respeta" del municipio de Torreón, los problemas entre vecinos ocasionados por el ruido excesivo no cesan, llegando a afectar la salud física y mental de las personas.
Tal es el caso de una mujer que tuvo que dejar su casa en la colonia Obispado en la calle Jabones debido a que por años y administraciones tuvo que soportar que uno de sus vecinos no la dejara descansar al poner música al exterior de su domicilio durante día y noche sin cesar. Incluso tuvo que someterse a un tratamiento médico debido al estrés, ansiedad y depresión provocado por esta situación.
Ella pide a las autoridades endurecer las sanciones ya que desafortunadamente no todos pueden cambiar de domicilio como ella lo pudo hacer y se ven obligados a soportar la incomodidad de provocada por personas inconscientes y poco empáticas con el resto de sus vecinos.
Otro caso es el de los vecinos de la cerrada Santa Rocío en fraccionamiento La Amistad de Torreón donde incluso las paredes y puertas vibran por el uso de los mencionados bajos que generan sonidos de baja frecuencia.
Según uno de los habitantes afectados, las autoridades solo miden los decibeles sin tener en cuenta este tipo de ruidos que son igual o incluso más molestos ya que viajan a través de las paredes sin que nada los pueda detener.
Los afectados piden que las autoridades apliquen el reglamento y se sienten abandonados a su suerte ante personas que pareciera disfrutan, más que de escuchar música, de hacer la vida un infierno para el prójimo, sin tener empatía o consideración por el descanso y paz de los demás.