Provenientes del poblado de San Diego de Alcalá, Canatlán, la familia León, el día primero de agosto, decidieron trasladarse hacia la capital para que su primogénita pudiera dar a luz en una de las clínicas privadas de la entidad, sin imaginar que tres meses después, terminaría internada en el Hospital 450 por el padecimiento de meningitis.
Diego León, padre de la paciente internada, describe cómo una vez que su hija fue intervenida, tuvieron que visitar varias clínicas para poder curar su malestar, sin embargo, al no encontrar solución inmediata, estos, decidieron volver al nosocomio en donde fue intervenida desde un principio para que pudiera ser candidata a una punción que, a la postre, la conduciría hacia el Hospital General del estado.
“Mi hija tiene 33 años y, desde que salió del hospital comenzó con malestares en su cabeza, duró más de dos meses así, hasta el día 3 de noviembre que caemos aquí al Hospital 450, pero antes la llevamos con muchos doctores y neurólogos, buscado la manera de quitarle su dolor pero ninguno se lo calmó, después volvimos, como en septiembre regresamos al Hospital del Parque, porque hablamos con el doctor que la operó y nos dijo que fuéramos ahí porque él podría ponerle remedio que nada más no iba a cobrar el medicamento y volvimos con el pero si nos cobraron otra cantidad fuerte de dinero.” detalló el entrevistado.
A su vez, el señor León describe que tras un suplicio inimaginable, no fue sino hasta este fin de semana pasado, que la atención recibida en el 450 y el medicamento suministrado, lograron aminorar un poco el dolor de su hija, lamentablemente, dicha formula comenzó a escasear, multiplicando, no solo el umbral de la canatlense, sino de las decenas de pacientes internadas en el nosocomio.
Seguros de que el medicamento causante de la enfermedad provino de la clínica de internamiento, la familia León pide que se busque al culpable ya que es la vida de su hija la que está en riesgo.
Por último, Diego León, pidió a las autoridades de la entidad, resurtir la dosis que se les está administrando a las pacientes, ya que, la ausencia de este, independientemente del dolor que genera, está interrumpiendo la continuidad y mejora de las mujeres infectadas.