Luego de que se diera a conocer que el magistrado Laurentino López Villaseñor otorgó el certificado para habitar las Villas Panamericanas, el académico de la Universidad de Guadalajara, Arturo Gleason, advirtió sobre las consecuencias a mediano plazo que traerá la habitabilidad de estas villas.
De acuerdo con el experto en captación de aguas pluviales, las aguas negras de quienes habiten la zona del Bajío provocarán una contaminación en el subsuelo y en consecuencia, el agua sucia afectará a los acuíferos que abastecen las zonas de Andares y Colinas de San Javier.
El académico además explicó que El Bajío, como su nombre lo dice, es un tazón vacío, “la zona tiene fuga y como no se da mantenimiento van a contaminar el agua”, dijo.
La opción sustentable
Según la opinión de Gleason, lo sustentable era quitar las Villas, pues otra de las afectaciones es que con el fallo del juez se sienta un precedente que abre la posibilidad de que los dueños de los predios aledaños quieran hacer un juicio jurídico para habitar la zona, por esta razón, aumentará el riesgo de inundaciones durante el temporal de lluvias.
Aunque el presidente municipal de Zapopan, Juan José Frangie, aseguró haber hecho hasta lo imposible para que no se diera ningún permiso de habitabilidad, el académico de la UDG consideró que la autoridad no tuvo músculo político de convocatoria para impedir que se otorgara el certificado.
Ante la ineficiencia de las autoridades, el académico, y defensor del medio ambiente, convocó a la ciudadanía a hacer un frente en defensa del agua. “Esta situación de las Villas es una de muchas que se está dando también en el cerro de la Reina, cerro del Cuatro, Iconia, las construcciones altas qué están haciendo en Providencia, el bosque de Nixticuil y tenemos que parar ya con esto”, manifestó Gleason.
El complejo de edificios en la zona de El Bajío cuenta con 650 departamentos y fue construido en 2011 para hospedar a siete mil 500 deportistas que participaron en los Juegos Panamericanos de Guadalajara.
MEN