Aunque hubo una disminución del 12 por ciento en los delitos contra la familia, estos aún conformaron el 29.24 por ciento de la totalidad de los delitos registrados en Nuevo León en 2023, siendo el porcentaje más elevado en comparación con otros tipos de delitos en la región.
Lo anterior, tras un acumulado, entre los ocho delitos contra la familia de 28 mil 371, de un total de 97 mil 35 delitos en el estado, del 1 de enero al 31 de diciembre del año pasado, por encima de los 27 mil 850 que sumaron los 19 delitos incluidos en el rubro de delitos patrimoniales, que se ubicaron en el segundo lugar.
Según las cifras de la Fiscalía General de Justicia del Estado, luego de los 12 meses del año 2023, el delito de violencia familiar sumó 20 mil 320 carpetas de investigación, seguido de las cinco mil 462 averiguaciones abiertas por equiparable a la violencia familiar.
Mientras que la sustracción de menores cerró el año pasado con mil 932 casos, el incumplimiento de obligaciones alimentarias con 650, los delitos contra el estado civil con cuatro, la exposición de menores con dos, la bigamia con un delito, y el incesto con cero casos, para el citado total en este apartado de delitos contra la familia de 28 mil 371.
En lo relacionado al histórico de la incidencia delictiva de 2008 a 2023, destaca que en cinco veces los delitos contra la familia superaron 30 por ciento del total de la incidencia delictiva, cuatro de ellas de forma consecutiva de 2019 a 2022.
¿Qué implica la violencia familiar?
La violencia familiar es un fenómeno complejo que implica una serie de comportamientos abusivos y coercitivos que ocurren dentro de las relaciones familiares o domésticas. Esta forma de violencia puede manifestarse de diversas maneras y tener graves consecuencias para las víctimas. Aquí se presentan algunas de las implicaciones más comunes de la violencia familiar:
Abuso Físico: Incluye cualquier acción que cause daño físico o lesiones a un miembro de la familia, como golpes, empujones, quemaduras, estrangulamientos, entre otros.
Abuso Psicológico o Emocional: Se refiere a comportamientos diseñados para dañar emocionalmente a una persona, como humillaciones, insultos, amenazas, manipulación emocional, chantaje emocional, entre otros.
Abuso Sexual: Implica cualquier forma de actividad sexual no deseada o forzada dentro de la relación familiar, incluyendo el acoso sexual, la violación, el abuso sexual a menores, entre otros.
Abuso Económico: Se produce cuando una persona ejerce control sobre los recursos económicos de otra, restringiendo su capacidad para acceder al dinero, obtener un empleo o tomar decisiones financieras.
Aislamiento: La persona agresora puede intentar aislar a la víctima de amigos, familiares u otras formas de apoyo, limitando su capacidad para buscar ayuda o escapar de la situación de violencia.
Control y Dominación: La violencia familiar a menudo implica el uso de control y dominación para mantener a la víctima en una posición de vulnerabilidad, limitando su autonomía y libertad.
Ciclo de Violencia: En muchas ocasiones, la violencia familiar sigue un patrón repetitivo conocido como ciclo de violencia, que incluye fases de tensión, explosión violenta y luna de miel, donde la persona agresora muestra arrepentimiento o promesas de cambio, pero luego el ciclo se repite.
Impacto en la Salud Mental y Física: La violencia familiar puede tener graves consecuencias para la salud mental y física de las víctimas, incluyendo depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático, lesiones físicas, entre otros.
Impacto en Niños y Adolescentes: Los niños y adolescentes que son testigos o víctimas de violencia familiar pueden experimentar problemas emocionales, comportamentales, académicos y sociales a corto y largo plazo.
Consecuencias Sociales y Comunitarias: La violencia familiar no solo afecta a las víctimas y sus familias, sino también a la comunidad en general, generando costos sociales, económicos y de salud pública significativos.
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