Ted, un elefante asiático que habitaba en el Parque Ecológico de Zacango, en el Estado de México, murió a los 60 años por causas naturales. El ejemplar era el más longevo que el lugar tenía bajo su cuidado y resguardo.
En una tarjeta informativa, el gobierno del Estado de México, a través de la Comisión Estatal de Parques Naturales y de la Fauna (Cepanaf), informó la muerte de Ted, quien murió durante la mañana del 1 de enero.
'Ted', un elefante que tuvo conexión con sus médicos y cuidadores
La dependencia capitalina mexiquense recordó que Ted llegó a Zacango en 1980, fecha desde la que se convirtió para los asistentes en uno de los animales favoritos por visitar, gracias a su tamaño, especie y carácter.
Además de esas características que lo volvían único, Ted arrojaba agua con su trompa y posaba para todas las fotos que le hacían los visitantes del parque ecológico. Por ello, la Cepanaf aseguró que mantuvo una conexión con todas las personas que se cruzaron con él.
“Este ejemplar fue uno de los animales que mantuvo una gran conexión con todos sus médicos y cuidadores, además de los visitantes, quienes lo recordarán por interactuar activamente con ellos, y deja un gran vacío para toda la familia Cepanaf”, explicó la dependencia.
La Cepanaf destacó que el elefante ya, desde hace años antes, ya era considerado un ejemplar geriátrico, por lo que sus cuidados para garantizar su calidad de vida fueron especiales durante la última etapa de su vida. Sin embargo, explicó que el paso del tiempo jamás detuvo su marcha y presentó problemas de salud propios de su edad.
El elefante 'Ted' vivió más que el elefante promedio
La Cepanaf indicó que, por sus características, Ted logró superar la esperanza de vida promedio de un elefante, que viven entre 45 y 50 años. La dependencia comentó que la década extra de vida que tuvo fue resultado del cautiverio y los cuidados que tuvo en Zacango.
La Cepanaf despidió al elefante que tantos años estuvo a su lado y le agradeció por todas las risas y buenos momentos que tuvo junto al personal y los visitantes.
“Hoy y siempre le damos gracias a Ted por todas las sonrisas y caritas de asombro que despertó en nuestros visitantes. Amigo de grandes colmillos: te deseamos buen camino y, cada vez que del cielo caiga un poco de lluvia, recordaremos tu gran habilidad para mojar a chicos y grandes. ¡Hasta pronto Ted!”, comentó.
KT