En el contexto de una profunda sequía que padece Nuevo León desde el inicio del año, la mancha urbana que se ha extendido de manera exponencial amenaza ahora un pequeño oasis en medio del desierto.
Se trata de un sistema de humedales que han sobrevivido “atrapados” entre dos desarrollos urbanos en el municipio de General Zuazua.
Concretamente son tres cuerpos de agua unidos por un riachuelo que están a no más de cinco metros al oriente de la colonia Portal del Norte, y al poniente de la colonia Valle de Santa Elena Sector San Patricio, al sur del municipio.
El sistema de humedales es poco conocido por los locales y guarda entre su agua y vegetación, unas 276 especies diferentes, entre aves, plantas, insectos, mamíferos y demás, menciona Luis Humberto Montemayor, quien es experto explorador de la zona, y se dedica a registrar los avistamientos de diferentes tipos de animales en plataformas como eBird y naturalista.mx.
Montemayor destaca que dichos humedales permiten que muchas especies, sobre todo aves, sobrevivan en Nuevo León, situación que sería difícil de sostener si ecosistemas como este siguieran siendo destruidos o aplastados por la mancha urbana.
“Estas lagunas atraen a una gran cantidad de animales que subsisten de su agua, desde pequeños anfibios y reptiles hasta grandes mamíferos como pecaríes, linces y coyotes”, expresó.
De hecho, originalmente el sistema de humedales estaba compuesto por cuatro; el más grande, conocido como el Alto del Borrego, quedó en medio de la colonia Valle de Santa Elena, rodeado de canchas de fútbol y complejos habitacionales.
En este oasis, coexisten especies varias, dada su condición geográfica donde convergen al menos tres ecosistemas diferentes.
Los humedales tienen especies de carácter migratorio/transitorio, con fines reproductivos, y otros que son puramente vistos durante todo el año.
La cerceta alas azules, el zambullidor menor, el correcaminos norteño, la chachalaca oriental, el carpintero cheje, el cardenal desértico y el halcón peregrino son algunas de las aves que se pueden ver.
“El avetoro menor (Ixobrychus exilis), la especie de garza más pequeña del mundo. Recién en mayo del año pasado se registró por primera vez en el municipio de Zuazua, siendo el primer registro de esta especie en la plataforma de ciencia ciudadana eBird”, dijo Montemayor al ser cuestionado sobre alguna de las especies más insólitas que habitan los humedales.
Durante un recorrido realizado por Telediario, se pudo observar las cotidianas afectaciones que causa el ser humano a ecosistemas sensibles como los humedales de Zuazua.
Botellas de PET, envolturas de frituras, prendas, envases de cerveza y hasta un neumático fueron algunos de los deshechos encontrados entre los senderos que desembocan a los cuerpos de agua, e incluso algunos otros directamente dentro de los humedales.
Una llanta de mediano tamaño fue detectada dentro del primer terreno, mostrando un retrato crudo de la invasión que sufre el ecosistema, cuando una tortuga salió a la superficie para situarse encima del neumático.
Apatía de autoridades
Aunque hoy más que nunca, Nuevo León necesita de ecosistemas y sociedades sostenibles, lo cierto es que temas como la preservación de los humedales de Zuazua no han estado en el top 10 de la agenda política.
Así lo cree Luis Humberto Montemayor, quien agregó que, platicando con diferentes vecinos de la zona, se enteró de la desaparición de otros humedales circundantes, que habían sufrido ya un daño irreparable o fueron “tragados” por la urbanización.
“Lamentablemente a las autoridades locales no les interesa el medio ambiente, ni siquiera es propuesta de campaña por parte de los alcaldes, además de que existe mucha ignorancia y apatía con respecto a este sitio.
“Viendo las imágenes de satélite de Google Maps logré ver que había un humedal muy pequeño que lamentablemente ya fue destruido. En el vecino municipio de Apodaca, cerca de la zona de Rinconada (Colonial) me han comentado que había otros humedales que desgraciadamente no sobrevivieron”, señaló.
Llama a cuidar los espacios naturales
El también fundador de The Caracara, un proyecto de ecoturismo que ofrece recorridos mensuales por los humedales y otros sitios naturales, pide a la ciudadanía que apoye la preservación de estos lugares con acciones tan simples como no tirar basura, no hacer fogatas, no cazar y no alimentar a los animales.
“También pueden apoyar haciendo sus registros en plataformas de ciencia ciudadana como iNaturalist o eBird, pues ayudan a recaudar información y crear una especie de catálogo de las especies del sitio, que a su vez pueden ser de ayuda para posibles estudios futuros por parte de profesionales para proponer y promover acciones en pro del medio ambiente.
“Vaya son como un respaldo a la hora de exigir tanto al gobierno como a la ciudadanía la protección de este maravilloso ecosistema”, dijo.
El 30 de agosto de 2021, la ONU proclamó el 2 de febrero como el Día Mundial de los Humedales para concienciar sobre la urgencia de revertir la pérdida acelerada de los humedales.
¿Qué son los humedales y porqué son importantes?
Los humedales son áreas que permanecen en condiciones de inundación o con suelo saturado con agua durante períodos considerables de tiempo. Si bien este término engloba una amplia variedad de ecosistemas, todos los humedales comparten una propiedad primordial: el agua es el elemento clave que define sus características físicas, vegetales, animales y sus relaciones.
El agua puede provenir del mar, de los ríos, las lluvias o de napas subterráneas. Los humedales se distinguen también por las características particulares de sus suelos y por la presencia de plantas y animales adaptados a las condiciones de inundación o de alternancia de períodos de anegamiento y sequía. De esta manera, los humedales no son necesariamente transiciones entre los sistemas acuáticos y terrestres, sino que poseen características estructurales y funcionales propias, que los diferencian de unos y otros.
Los humedales representan ecosistemas estratégicos y de gran importancia para la conservación de la biodiversidad y el bienestar de las comunidades humanas. Algunos de entre los muchos de sus beneficios son la regulación y protección de inundaciones, tormentas y huracanes; el almacenamiento de agua y la recarga de mantos acuíferos; el mejoramiento de la calidad del agua; la estabilización de suelos y prevención de deslaves; así como la regulación del clima y el almacenamiento de carbono.
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