El Festival, que fue honrado con el Premio Nobel Alternativo en 2006 y también reconocido Patrimonio Cultural de la Nación en 2009, se celebra este año cuando el grupo insurgente de las FARC, entregó los fusiles como un importante paso hacia la paz, después de 53 años de guerra.
Para rendir homenaje a la paz y a la reconciliación y con la participación de poetas y artistas contemporáneos, y un público de decenas de miles de asistentes, se realiza este festival catalogado como el mayor y más cualificado para la poesía a nivel mundial.
Durante el Festival se celebraran más de 130 actos, en más de 120 escenarios, con lecturas de poemas, conciertos, exhibiciones de teatro y danza, cursos, conferencias, talleres y paneles, en desarrollo de la 27 versión del Festival y de la 21 Escuela Internacional de Poesía de Medellín.
Las lecturas de poemas también llegarán a las zonas de normalización de Arauquita, Ituango, Dabeiba y Remedios, donde están haciendo tránsito a la vida civil los excombatientes de las FARC, que dejaron las armas el pasado 27 de junio.
Para los organizadores del festival “la paz, como la poesía, es un fuego sagrado que esparce su influjo en el sueño colectivo de una humanidad agobiada por las guerras. Sin la paz social es muy difícil la paz personal”.
El fuego de la paz “es atizado con la pulsión de vida que todos llevamos dentro, con la poesía que es diálogo, acción creadora, gesta de voluntades encaminadas a llenar de significación lo que adolece de sentido fragmentado, de palabra y sensibilidad rotas por la guerra”.