Puede ser que los cronistas españoles hayan alterado el nombre de Teotihuacán para eliminar su importancia como un lugar de gobierno, aseguran expertos mexicanos.
Los aztecas podían haber llamado a la ciudad Teohuacan, que significa “La ciudad del Sol”, a diferencia de Teotihuacán, cuyo significado es “Ciudad de los dioses” o el “lugar donde los hombres se convirtieron en dioses”.
Verónica Ortega, arqueóloga del INAH, dijo que un documento azteca no muy conocido contenía un pictograma en el que se mencionaba a la ciudad como una combinación de sol, santuario y gobierno.
En el Códice Xólotl, que se encuentra en Francia, está escrita la palabra Teohuacan debajo del pictograma.
Pero códices posteriores —documentos pictográficos aztecas elaborados para informar a los españoles sobre la tierra que habían conquistado— contienen la palabra Teotihuacán.
Ortega dijo que los españoles no estaban cómodos con Teohuacan debido a que el Sol era un símbolo para los gobernantes y ellos querían concentrar todo el poder en las cercanías de la Ciudad de México, la capital azteca que conquistaron en 1521.
“Querían que se viera Teotihuacán como un lugar de culto y no como un lugar donde se legitimaba a las personas para gobernar, porque ese centro político lo querían seguir conservando en Tenochtitlan” —nombre mexica con el que se fundó la Ciudad de México—, indicó Ortega.
El debate parece ser meramente académico, debido a que nadie sabe el nombre con el que los residentes se referían a la ciudad durante su apogeo entre el año 100 a.C. y el 750 d.C, cuando tenía alrededor de 100 mil habitantes.
La ciudad quedó abandonada mucho antes del ascenso de los aztecas en el siglo XIV. Tanto Teotihuacán como Teohuacan son palabras del náhuatl y nadie sabe qué lengua hablaban los Teotihuacános.
Aunque no quiere que se cambien los señalamientos de la carretera, o el nombre oficial de las ruinas, Ortega dijo que las implicaciones del nombre son importantes debido a que los gobernantes aztecas continuaron yendo a la ciudad para legitimar su gobierno.
La arqueóloga señaló que Moctezuma II, el último gobernante azteca, “hacía procesiones cada 20 días a Teotihuacán”, lo que duraba un mes en el calendario azteca.