La festividades de Día de Muertos incluyen elementos que son indispensables en esta tradición arraigada en el alma nacional, como el Pan de Muertos, del cual en el país existen alrededor de 750 variedades, informó a Notimex Ana Beatriz Castañón.
La responsable de la panadería “La Virgen del Camino”, en esta ciudad, explicó que en México hay entre tres mil 500 y cinco mil variedades de pan, y para las festividades de esta época la cantidad mencionada, lo cual se pudo apreciar en las actividades que se realizaron en el Zócalo durante 10 años a partir de 1999.
Durante la entrevista realizada en el negocio ubicada sobre Eje Central Lázaro Cárdenas, en contra esquina del Teatro Blanquita, Castañón recordó que en 1999 la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa) convocó a panaderos de todos los estados a que trajeran sus panes ceremoniales.
“Pensando que teníamos un cálculo aproximado de unos 80 panes; cuál fue nuestra sorpresa que llegaron más de 750 panes exclusivos para las fiestas” de Día de Muertos, dijo todavía con gesto de sorpresa.
Entre los panes más solicitados, y que todavía se elabora en algunas panificadoras, se encuentran las “Ánimas”, que son más elaboradas, pero también hay simples, otras pintadas, que son más de Oaxaca; los “Alamares”, las “Cruces”; el “Negrito”, que va en un ataúd; “ajonjolí” y los de azúcar, que es el que más conoce la gente, mencionó.
Castañón, quien ofreció a Notimex un recorrido por la panadería, donde se elaboran panes de forma tradicional, con el uso de máquinas sólo para mezclar la masa, explicó que el pan de muerto representa al cuerpo y las canillas al esqueleto.
Dijo que la receta para la elaboración de un Pan de Muertos como el que conoce la mayoría de la gente, que ahora se puede conocer hasta en Internet, incluye ingredientes como ralladura de naranja y agua de azahar, y definió que hay dos tipos de masa principales: la primera es el príncipe, que es el Pan de Muertos, y la reina es la Rosca de Reyes.
Aclaró que son masas con mucha materia prima, por lo que para elaborar estos productos se debe hacer primero una pequeña, que se pondrá a fermentar, y que es la que va a ayudar a hacer la siguiente, y se debe esperar unas 48 horas.
“De ahí vamos a sacarlos y empezar a armar el pan y todavía lo voy a mandar a reposo otro tiempo, ya que llega a su máximo desarrollo, para llegar al horno”, detalló.
La responsable de la panadería subrayó que el pan mexicano es todavía una artesanía, aunque haya máquinas que ayudan a revolver, porque son volúmenes grandes, pero todo lo demás se hace a mano, pieza por pieza.
El Pan de Muertos es toda una tradición muy acendrada en los hogares mexicanos, existen muchas familias mexicanas que siguen conservando esta celebración; hubo un momento que esta tradición registró una baja, pero últimamente se está recuperando, comentó.
“Hubo un momento en que el desentendernos de nosotros nos hace desentendernos de lo que nos hace ser. Las escuelas vuelven a poner altares, todos los museos tienen altares, y la gente entiende que no es otra cosa que recordar por un lado lo que eres, y podemos decir que en México se hacen festivales de muertos, así como en Perú, Colombia y Costa Rica”, indicó.
“En Perú –detalló- tiene una tradición de muertos que es comer un pan similar (al mexicano) con un atole; pero (lo importante es que significa) honrar a tus muertos y honrar tu descendencia”.
También mencionó que no hay altar sin Pan de Muertos, instalación que contiene elementos básicos como agua, velas, pan, sal, flor de cempasúchil y adornos, sumado a lo que le gustaba al muertito, lo que se recuerda de él.
Relató que el pan mexicano en general es resultado del sincretismo de las dos culturas, la prehispánica y la europea; en la primera se hacía con amaranto y una especie de miel que salía de la tuna, por lo que ya se hacían figuras con esos ingredientes.
Respecto a la segunda civilización integrada a este producto, recordó que llegó con la Conquista española, y en la Colonia hay una mezcla de ambas y aparece el pan de dulce, aunque sucedió con el paso del tiempo, pues primero fue únicamente el blanco y algunos con sabores, hechos en conventos.
En resumen, expuso que la tradición de Pan de Muertos es un fruto de la mencionada fusión de las dos culturas que dieron origen a México, y que sigue siendo existiendo la fuerte raíz de rendir un tributo a los muertos, y qué mejor que con el pan.
Amasar y dar forma al amaranto como los hacían los pueblos prehispánicos es mucho muy similar como se hace actualmente con harina, huevo, agua, sal, azúcar, levadura y otros ingredientes que componen la masa del pan mexicano, del Pan de Muertos, puntualizó.
Una panadería, finalizó, no es simplemente un comercio, “da de comer a mucha gente que lo necesita, hay mucha gente que dependen de esto, debe de haber unas 300 mil familias que viven de este trabajo”.