Pensar, hacer y escribir en indígena: la lucha de las mujeres en Puebla para subsistir al olvido

Tres mujeres en Puebla relatan cómo es vivir en el mundo indígena, un espacio que consideran ‘olvidado’ por el Estado y donde las cosas más simples lucen como un desafío al venir desde el destierro.

Tres mujeres indígenas relatan su modo de vida, así como los desafíos por venir de un mundo que parece querer olvidarse / Diseño: Samantha Martz
Puebla, Puebla. /

En Puebla, la mujer indígena se ha reivindicado como sujeto de derecho, no de asistencialismo y de programas sociales. Así lo consideró Viridiana Regino, directora de Patrimonio Cultural, Investigación y Educación para la Equidad en el Instituto de Pueblos Indígenas.

En el marco del Día Internacional de la Mujer Indígena celebrado el 5 de septiembre, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en la entidad hay 325 mil 749 mujeres indígenas, lo que representa el 52.1 por ciento de la población indígena rural del estado.

En entrevista con Multimedios Puebla, confió que sean pocos los años restantes para que se vean mujeres indígenas ocupando cargos de representación popular.

Asimismo, añadió que a raíz de la creación del Instituto Poblano de los Pueblos Indígenas como organismo público y con ayuda del personal que viene de comunidades y hablan una lengua originaria, se ayuda a tener una nueva visión, motivando a las mujeres a emprender nuevos proyectos.

“Muchas veces pensamos, y es porque no estábamos familiarizados con este contexto, pensamos que las mujeres indígenas siguen siendo sumisas; la verdad existen algunos casos, pero en estos momentos que hemos recorrido diversas comunidades hemos encontrado un sinfín de iniciativas, proyectos, que ellas mismas han generado”.

En este sentido, ejemplificó la creación de la Casa de la Mujer Indígena Maseualsiuatkali en el municipio de Cuetzalan, así como en Hueyapan, donde se encargan de realizar chales.

“Son casos de mujeres que se han superado sin ayuda del gobierno e incluso de sus familias”.

Espacios de desarrollo: ¿dónde se concentra el indigenismo en Puebla?

Viridiana Regino destacó que de acuerdo con un trabajo de investigación, en 2006 se contaron en el Congreso Federal tres espacios para mujeres indígenas, y en 2018 se elevó a 13, “es decir, apenas 10 mujeres más”.

Por su parte, el Censo de Población y Vivienda 2020 indica que en Puebla 615 mil 622 personas mayores de 3 años hablan alguna lengua originaria, de las cuales 325 mil 749 son mujeres.

Además que son cinco lenguas las que predominan:

Náhuatl, con 73.61 por ciento

Totonaco, con 16.92 por ciento

Mazateco, con 2.95 por ciento

Popoloca, con 2.55 por ciento

Mixteco, con 1.34 por ciento.

Del mismo modo, la mayor parte de la población se concentra en 13 municipios, los cuales tienen más de 10 mil habitantes.

Los municipios con mayor presencia de población hablante de alguna lengua son: Coyomeapan con 94.6 por ciento; Zoquitlán con 93.49 por ciento.

Con 88.38 por ciento aparece Eloxochitlán; con 84.52 por ciento, Huehuetla, mientras que con el 82.52 por ciento Ahuacatlán.

También están Huitzilán de Serdán con 75.5 por ciento; con 69.37 por ciento Cuetzalan; 48 por ciento, Ajalpan; 33.17, Zacapoaxtla; 22.74, Tlacotepec de Benito Juárez; 20.16 por ciento, Huauchinango; con 8.67 por ciento, Tehuacán y Puebla capital con 3 por ciento.

"Luchamos por preservar nuestra lengua"

Para Marlene Garrido Ramos, ganadora del concurso en lengua originaria Mazateco 2023, las mujeres indígenas siguen luchando para preservar su lengua, por lo que hizo un llamado para que sean más las que se sumen a la causa para algo que “al fin de cuentas es por el bien de nuestra cultura”.

“Ha costado muchísimo, seguimos luchando por preservar la lengua, me encantaría que más personas y mujeres se sumen a esta causa”.

En entrevista con Multimedios Puebla, la cantautora, traductora y promotora de la lengua y cultura mazateca dijo que las mujeres indígenas siguen sufriendo discriminación y violencia.

“Se supone que somos protectoras y guardianes de la cultura, una mujer en mi pueblo cuando tiene a sus hijos es la encargada de enseñarle la lengua que hablamos, pero tanto la discriminación como la falta de respeto ha hecho que enseñar una lengua ya no sea tan importante, porque tienen miedo que cuando sus hijos crezcan y vayan a la escuela sean discriminados”.

Garrido Ramos es originaria de Tecolotepec en el municipio de San Sebastián Tlacotepec. Detalló que su pasión es la música, aunque en principio fue complicado ya que de donde viene solo es bien visto que los hombres puedan tocar la guitarra.

“Pese a que ya existe la igualdad de género, una mujer debe de ser ama de casa, no tiene derecho a estudiar, ya que naciste para atender a tu esposo. Somos muy pocas las que hemos rebasado esa idea, en mi caso es raro que una mujer toque una guitarra, lo ven como obra del diablo”.

Abundó que fue gracias a la música que pudo incursionar en la escritura, lo cual reconoce que fue complicado.

“Siempre me he dedicado a la música, a componer canciones para niños, escribir de manera bilingüe ha sido un gran reto porque muchas veces en la lengua hay palabras que no tienen significado como tal, hay que darle coherencia a todo eso”, indicó al exponer que tampoco se tenía una regla de cómo escribir en mazateco, y ahora que se tiene ya un diccionario, un alfabeto es más difícil porque debes apegarte al mismo.

Tras recibir la invitación de la Secretaría de Cultura para participar en el concurso, señaló que su cuento es una reflexión de cómo viven los pueblos indígenas “y cómo hacen todo lo posible para sacar adelante a sus familias, ya que los pueblos indígenas somos olvidados, no hay fuentes de trabajo, y están los del otro lado que tienen lo suficiente y son ambiciosas para compartir”.

Además, llamó a las mujeres indígenas a ponerse retos, toda vez que todo es posible “primero deben de conocer su cultura y a partir de ahí se motiven a sus proyectos, ya sea escribir cuentos, hacer música u otro tipo de contenidos, que descubran lo que quieren hacer”.

Finalmente, adelantó que su proyecto es seguir haciendo canciones, participar en la traducción, pues actualmente trabaja en preparar a un grupo de niños en música mazateca.

Desde el mundo indígena el único desafío es superar los límites

Desde la primaria mi sueño fue hacer libros que se escriban como se habla en mi comunidad”, compartió Luz Yaneth Esteban Cruz, ganadora del concurso en lengua originaria Totonaco 2023.

Proveniente del municipio de Atlequizayán, la hablante, traductora e intérprete de la cultura totonaca, se calificó como una “mujer rebelde”, ya que desde pequeña siempre quiso prepararse y sumar desde cualquier trinchera a su comunidad.

Recordó que para ella la pasión por la literatura la trae desde que nació y fue aumentando gracias a su abuela, quien le contaba diversas historias, además de escuchar juntas los radio cuentos.

“Mi abuela me contaba historias, esa fue más que nada mi primera escuela, el acercamiento que tuve de querer saber escribir en mi lengua”, dijo al reconocer que, desde su perspectiva, la mujer indígena sigue sufriendo muchas tipos de violencia.

“Es muy complicado aún situar a la mujer y decir que vive libremente con sus derechos. Me ha tocado ver situaciones que desafortunadamente aún existen, por ejemplo, en mi comunidad al menos hemos avanzado un poco, pero desde pequeñas las niñas no pueden alcanzar todos los estudios o te dicen que tu lugar es en casa”.

En este sentido, agregó que cuando estudiaba la universidad se dio cuenta que no conocía realmente su lengua totonaca, ya que existían variantes lingüísticas.

“En la universidad comprendí muchas cosas, la diversidad que se tiene en la escritura”, apuntó al destacar que una de las grandes problemáticas que se tienen en las comunidades indígenas es la falta de información y capacitación.

“Creo que los maestros deben de reforzar algunos temas, que se incluye la parte cultural. Ver docentes en una primaria bilingüe que vienen de otro estado, piensan que su variante de su comunidad es la misma de acá, y no es así”.

En entrevista con Multimedios Puebla consideró además que en su caso ella pudo participar en la convocatoria del concurso de lengua originaria, porque tiene acceso a una computadora y sabe usarla.

“Se debe de pensar en las demás jóvenes, estaría bien pegar la convocatoria en las comunidades, nos hace falta difusión desde nuestras comunidades”.

Finalmente, Esteban Cruz exhortó a las mujeres indígenas tener en claro lo que valen, y defender sus derechos “soñar, hacer lo que quieran”. En su caso, adelantó que buscará escribir un libro para niños, así como estudiar una maestría.

EG

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