Cuando el Sol estaba en el cenit, y las manecillas del reloj marcaba las 12:00 horas, decenas de niños y adultos ya habían llegado hasta la Biblioteca México para ser testigos del Proyecto Arbolea, que concentra naturaleza, arte y ciencia.
El Jardín de la Sala Infantil de ese histórico inmueble fue el escenario. Los estrategas, miembros de la Compañía Teatro Entre2, dieron vida al espectáculo-intervención que genera conciencia ecológica, artística y científica en los espectadores-participantes.
Uno de los objetivos es que las personas se interesen y conozcan datos sobre los árboles, las plantas, las piedras y muchos otros elementos de la naturaleza, su cuidado, utilización responsable e importancia en el ecosistema mundial. El público, fascinado, atendió todo.
El jardín se convirtió en un mágico bosque donde las niñas y niños se transformaron en guardianes protectores de árboles. La intervención incluyó teatro, música en vivo, arte y literatura, con el objetivo de hacer que la gente se interese y conozca sobre los árboles.
Los organizadores, creadores, artistas y participantes del proyecto, Arnaud Charpentier, Olivier Dautais, Alain Kerriou, Francia Castañeda y el músico y compositor Jerónimo Zoe Serna, hicieron divertida esa lección de vida, con sus propios recursos artísticos.
Arbolea es un proyecto creado y presentado por la compañía franco-mexicana Teatro Entre2 y cuenta con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. El creador Arnaud Charpentier comentó que se trata de “un convivio y encuentro de la ciencia”.
“La idea es pasar conocimientos a la gente para que se interese más sobre los árboles, por cómo viven, cómo funcionan, cuáles existen y lo importante que son para nosotros. Esta es una actividad que también busca promover la idea de salvar el planeta”, explicó.
Previo a la intervención, destacó que mientras mayor información y conciencia se tiene sobre el tema, las personas puedan conocer y cuidar más y mejor su entorno, además de lograr que siembren y protejan un árbol; Arbolea es para niños, pero los grandes gozan.
Este proyecto permite a las personas invadir el jardín, caminarlo, recorrerlo y sentarse en un tapete para realizar diversas actividades de forma simultánea: Crear prosas o poemas, participar en una instalación que conecta la muerte con la vida, y jugar y pintar con sellos.
Arnaud Charpentier agregó que esta actividad no tiene una duración específica. Va de los 10 minutos, una o cuatro horas, todo depende del interés y deseo de los participantes. “Lo importante no es el tiempo, sino la experiencia sensitiva con los árboles en el jardín”.