En el América y Cruz Azul faltó la emoción más grande del futbol: el gol. Hubo acercamientos, pero nada más. Fue un partido tenso, de mucho respeto, aunque La Máquina inició mejor e hizo el esfuerzo por organizar mejor sus jugadas, pero fue perdiendo claridad. América fue de menos a más, incluso logró marcar, pero su gol fue anulado por una mano. Los celestes pusieron una pelota en el poste y vieron como Marchesín le robó la gloria a Caraglio. Un empate a cero que suma, pero ayuda poco a ambos en su camino a la Liguilla.
En la hora para que ambos definieran sus opciones, privó la cautela, ninguno corrió riesgos innecesarios, conscientes de que el rival podía explotar cualquier despiste. Pedro Caixinha organizó un equipo muy solidario en medio campo, con Yoshimar como el punto de equilibrio y junto al peruano estuvieron Roberto Alvarado que trató de ser el armador celeste. Y Orbelín con las mismas tareas.
Y América anduvo por las mismas, a los azulcrema les tomó tiempo meterse en el juego. No encontraban un punto de desequilibrio y en el inicio dividieron mucho la pelota, permitiendo que los celestes tuvieran mejor organización, aunque solo gozaron de un tiro machucado de Lichnovsky que Marchesín apagó sin problemas.
La repuesta de América llegó gracias a un fallo de Alvarado en la salida, el Piojo perdió el balón con Henry que cedió para Guido, el argentino perdió un tiempo para conectar con Mateus y salió un rebote que le cayó a Henry, pero la bola le quedó alta y su remate se fue por encima del travesaño.
América se plantó mejor y sobre el final del primer tiempo, las Águilas cogieron más confianza y rondaron la portería celeste. Vino la jugada que parecía cambiar el partido, cuando un centro de Ibarra lo bajó en el área Mateus para Ibargüen, el colombiano a trompicones ganaba la bola y la mandaba al fondo, pero el árbitro, Marco Antonio Ortiz, vio que antes de su definición la pelota le dio en la mano izquierda cuando Pablo Aguilar despejaba. Gol anulado y suspiro celeste.
Para el segundo tiempo, fue Caixinha el que arriesgó con el ingreso de Rodríguez por Cauteruccio. Cruz Azul volvió a mostrarse más serio y Alvarado puso la pelota en el poste. Ahora fueron los americanistas los que respiraron. Y luego el VAR intervino en una acción donde La Máquina pidió un penal por una mano de Aguilera, pero no hubo tal.
Espabiló América y exigió a Corona, cuando un centro de Renato no pudo despejarlo la zaga cementera y Mateus remató a quemarropa, pero el portero celeste salvó su arco con un buen manotazo.
Se apagó el juego y regresó la disputa, nulas emociones hasta que Caraglio se plantó mano a mano con Marchesín después de quitarse a Bruno con una buena finta, pero el delantero perdió el duelo con el portero. Roger entró por Henry y luego Ménez por Edson. América lanzaba lo mejor que tenía en busca del gol.
Pero no mejoró ofensivamente el cuadro de Coapa, no hubo más acciones de gol, y sí una maña nota: la lesión de Pablo Aguilar que engrosa la lista de pacientes del hospital celeste y que podría significar una baja de mucho peso para La Máquina.
Los dos equipos siguen en zona de Liguilla, pero les hace falta un mayor crecimiento futbolístico para asumirse como candidatos a pelear por el título, porque hoy están lejos de serlo.