José Urquidy comenzó su labor contra Eddie Rosario con strikes. Consiguió cinco consecutivos.
Calmado y con control una noche después de que su compañero de la rotación Framber Valdez fue castigado desde temprano, el mexicano les dio la oportunidad a los bates de los Astros de despertar.
Y Houston montó un ataque de cuatro carreras en la segunda entrada para una victoria de 7-2 sobre Atlanta el miércoles por la noche igualando la Serie Mundial a un triunfo por bando.
Urquidy, derecho de 26 años originario de Mazatlán, se convirtió en el primer pitcher mexicano con tres aperturas en Serie Mundial. Es también el único que ha cosechado triunfos en dos ediciones distintas del Clásico de Otoño.
Buscaba un mejor destino de lo que sucedió en la derrota durante el tercer juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana. En aquel duelo en Boston, solamente sacó cinco outs en la derrota por 12-3.
“Mi salida previa fue mala sin duda alguna”, reconoció Urquidy el martes. “Pero hay días buenos y días malos".
El miércoles salió en un muy buen día.
Urquidy consiguió strike en el primer lanzamiento ante 15 de 21 bateadores y dejó su récord en Serie Mundial en 2-0. Permitió dos carreras y seis imparables en cinco entradas con siete ponches, lanzando 55 strikes en 74 lanzamientos.
Mezcló 38 rectas, 16 cambios de velocidad (cinco de los cuales fueron abanicados), 12 sliders y ocho curvas, controlando a los Bravos, salvo a Travis d’Arnaud, quien empató la pizarra en la segunda entrada con un jonrón y a Freddie Freeman, quien impulsó carrera con sencillo cuando había dos outs en la quinta.
“Estaba muy concentrado y lanzando strikes y siendo agresivo con los bateadores en todo momento. Me mantuve en la zona de strike”, dijo Urquidy.
En la noche previa, el dominicano Valdez solamente lanzó 11 strikes en 21 lanzamientos en la primera entrada. Los Bravos tomaron ventaja de 2-0 y nunca se vieron abajo.
Urquidy recordó sentir nervios en su debut en Serie Mundial, cuando lanzó cinco entradas en blanco, permitiendo dos hits, en el cuarto juego, realizado en Washington hace dos años. Regresó para enfrentar a los últimos tres bateadores de los Nacionales en la derrota en el séptimo juego, efectuado en Houston.
“Estuve bien concentrado”, dijo Urquidy. “Me encanta esto, me encanta la sensación”.
Por ahora, está acostumbrado a la presión que representa la Serie.
“Sé que tengo un trabajo importante, y estoy muy emocionado y dejé los nervios a un lado”, comentó.