En el paisaje urbano de la Comarca Lagunera, pocas estructuras poseen la carga histórica y emocional del Auditorio Municipal de Torreón.
Conocido popularmente por las nuevas generaciones como "El Auditoro", este recinto no es solo un bloque de arquitectura brutalista; es la catedral del baloncesto regional y un testigo mudo de la evolución social de una ciudad que respira deporte.
Desde su concepción entre 1968 y 1969, el inmueble fue proyectado para ser el gran espacio techado que la ciudad urgía. Bajo la visión técnica del Ingeniero José Bracho y el Arquitecto Antonio Palazuelos, se erigió un coloso que, desde su inauguración en 1969, redefinió la experiencia del espectador.
Con una capacidad para 4 mil 363 personas, el diseño permite una cercanía con la duela que genera una atmósfera de presión absoluta, ganándose la reputación de ser una de las plazas más hostiles y ruidosas para cualquier equipo visitante en México.
De la "Ola Verde" a la gloria de los Toros
La identidad del Auditorio está intrínsecamente ligada al baloncesto. Durante las décadas de los 70 y 80, el recinto vivió su primera "Era Dorada" como el búnker de la legendaria Ola Verde de los Algodoneros en el CIMEBA.
Fue en estos años cuando la afición lagunera forjó su fama de "ensordecedora", un factor que, décadas después, sigue siendo el sexto jugador en cada encuentro.
Tras años de uso intensivo y el paso de diversas franquicias como Jefes Fuerza Lagunera —que motivó una remodelación menor en 2014—, el recinto enfrentó el desgaste del tiempo.
En 2018, se puso en marcha un plan de rehabilitación mayor que incluyó la sustitución de la duela dañada, mejoras en vestidores y una modernización del sistema de iluminación, devolviéndole su estatus de recinto de élite.
Un presente de campeonato y un futuro prometedor
El punto de inflexión más reciente ocurrió en la temporada del 2023. Durante cada juego, el "Auditoro" vibró como nunca antes en la era moderna cuando los Toros Laguna consiguieron el campeonato de la Liga de Básquetbol Estatal (LBE) tras vencer a los Dorados de Chihuahua.
Este hito no solo ratificó la vigencia del inmueble, sino que reafirmó la conexión inquebrantable entre el equipo y su fanaticada.
De cara al futuro, la administración actual bajo el mando de Román Cepeda ha mantenido trabajos constantes de mantenimiento en accesos y fachada. Estas adecuaciones no son casualidad: la mira está puesta en la ambiciosa incursión de la franquicia en el circuito CIBACOPA para el año 2026.
Más allá del "deporte ráfaga", este icono de la prolongación Colón sigue siendo el centro neurálgico de la lucha libre y el boxeo, consolidándose como un patrimonio vivo que, a más de medio siglo de su fundación, sigue siendo el escenario donde se escriben las hazañas más grandes de Torreón.
DR