A los Nets ya solo les queda esperar un milagro. Los Boston Celtics conquistaron Brooklyn este sábado con una gran autoridad (103-109) y colocaron al equipo de Kevin Durant y Kyrie Irving al borde de la eliminación en la primera ronda del Este (0-3).
Las matemáticas son lo único que sostienen a los Nets puesto que la historia de la NBA dice que ningún equipo ha remontado un 3-0 en contra en los playoffs.
Con un asombroso control de la situación (más de lo que dice un resultado final "maquillado" cuando la remontada de los Nets era una quimera), un descomunal Jayson Tatum (39 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias) y un Jaylen Brown letal en el desenlace (23 puntos, 4 rebotes y 5 asistencias) lideraron a unos Celtics sensacionales en este cruce que, sobre el papel, era el más igualado de estos playoffs.
Sin embargo, los de Boston han demostrado en los tres partidos ser un equipo infinitamente más compacto que los Nets y han exhibido una superioridad física y táctica incontestable.
¿Su único pecado esta noche? No haber sentenciado el partido antes pese a haber dado muestras de manejar el ritmo del duelo en todo momento.
En los Nets, un equipo habitualmente consagrado a sus estrellas, resultó inexcusable el naufragio en anotación de Durant (16 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias) e Irving (16 puntos, 3 rebotes y 9 asistencias).
Actores secundarios como Bruce Brown (26 puntos y 8 rebotes) y Nic Claxton (13 puntos y 7 rebotes) dieron un encomiable paso al frente, pero los Nets, a la deriva y sin reacción de Steve Nash, se ahogaron ante la imponente defensa de los Celtics (18 pérdidas de balón de los locales).
Todo fueron buenas noticias para los Celtics ya que también regresó el pívot Robert Williams, fundamental para ellos esta temporada y que no jugaba desde el pasado 27 de marzo por una lesión en el menisco.
Los Nets tendrán que salvar su primer "match-ball" el lunes en un cuarto partido que también se jugará en Brooklyn.
MN