Recuerdan jugadores de Sultanes el Día del Niño

Peloteros del Monterrey desean que los menores de edad aficionados al beisbol vivan un memorable 30 de abril.

Ramiro Peña y Javier Salazar peloteros de Sultanes de niños
Monterrey, Nuevo León /

En la infancia, Ramiro Peña y Javier Salazar celebraban de manera especial el 30 de abril entrenando beisbol en la Liga Pequeña Cuauhtémoc y en la Liga Pequeña Unidad Modelo, respectivamente, con el sueño de llegar a jugar con los Sultanes.

Con el paso de los años, Salazar y Peña alcanzaron el anhelo de ser peloteros profesionales y se convirtieron en los primeros jugadores en formar una llave de doble play regiomontana en la historia de los Fantasmas Grises.

Ramiro agradece a su padre, Ramiro Peña Sr, haberlo involucrado desde temprana edad en el mundo del Rey de los Deportes y haber sido su primer entrenador.

“Fue muy bonito haber jugado en la Liga Cuauhtémoc, ahí crecí, ahí pasé muchos años de mi vida y es algo que recuerdo con mucho cariño porque ahí fue donde comencé, siempre estaré agradecido con mi padre, con mi familia, por toda la enseñanza que me dio en el beisbol, la dedicación, el compromiso de trabajo”, señala el segunda base.
“El Día del Niño siempre trataba de divertirme, aprovechar las fiestas que había en la escuela, en la Liga, en todos lados, lo pasábamos de manera especial el 30 de abril, es un día muy especial para todos los niños y espero que este domingo lo disfruten también todos”.

Ramiro Peña Gauna ha vivido todos los momentos a los que aspira en la niñez un jugador de beisbol. Jugó en Grandes Ligas, fue parte de los Yankees de Nueva York, ganó anillo de Serie Mundial, ha representado a México en Serie del Caribe y en los Juegos Olímpicos.

Además, ha sido campeón y un referente de los Tomateros de Culiacán en la Liga del Pacífico y de los Sultanes en la Liga Mexicana de Beisbol.

ESTÁ DE REGRESO

Formado en la Liga Unidad Modelo, Javier Salazar señala que el Día del Niño siempre fue especial, en el salón de clases y en el hogar.

Salazar agradece el apoyo de sus padres y de sus abuelos para entrar desde la infancia en la aventura de jugar beisbol.

“Recuerdo que el 30 de abril era uno de los días más especiales, desde la mañana al ir a la escuela, compartir el Día del Niño con los demás compañeros y en la casa lo trataban a uno como rey, era uno de los días más especiales que uno tenía, lo recuerdo con mucho cariño”, indica el short stop.
“El Día del Niño en la Liga Pequeña también era impresionante, siempre llevaban show, hacían un convivio y entre todos los niños nos la pasábamos jugando más que entrenar, era ir a divertirnos jugando beisbol”.

Reconoce que salir al campo del Estadio Mobil Super todos los días le trae a la mente el deseo que tuvo desde niño de jugar para los Sultanes.

“Para todos los niños deseamos que se la pasen muy bien este 30 de Abril, que disfruten mucho, jueguen mucho y que se la pasen de lo mejor”, indica el campo corto.

A base de trabajo, Javier Alejandro Salazar Córdova regresó este verano al terreno de juego antes de lo que se había diagnosticado, luego de ser operado el año pasado por una ruptura de ligamento en la rodilla izquierda.

MN 

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