Desde la eliminación de los Juegos Olímpicos, pasando por la indignación por no portar la indumentaria permitida hasta conseguir el histórico sexto partido en el Clásico Mundial de Béisbol, Benjamín Gil se redimió al frente de la Selección Nacional Mexicana.
Desde hace tiempo que “El Matador” venía empujando por la oportunidad de demostrar la calidad de béisbol que hay en el país, con la firme creencia de que despertaría el interés de nuevos aficionados y reafirmaría a quienes ya siguen al Rey de los Deportes, objetivo que cumplió con la participación de México en el Clásico Mundial de Béisbol 2023.
Con un roster de ensueño que reunió a gran parte de los mejores exponentes de la pelota tricolor, comandados por un cuerpo técnico que en su mayoría disputó una o varias ediciones del certamen siendo jugadores y el plus de tener a dos mujeres en el roster. Equipo de pies a cabeza nunca antes visto.
Pero para llegar a este punto, Gil pasó por varios descalabros, incluso se llegó a poner en duda su capacidad de dirigir en torneos internacionales.
Desde su nombramiento como manager, Benjamín dirigió siete temporadas a los Tomateros de Culiacán consiguiendo cuatro campeonatos, aunque ninguno fructificó en el Caribe, se posicionó como uno de los managers más ganadores de la década.
Al frente de la novena tricolor disputó los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, con una participación para el olvido en que México cerró con marca de 0-3, siendo la derrota 12-5 ante Israel la estocada final producto de malas decisiones y movimientos tardíos.
La cereza del pastel fue la fotografía que algunos jugadores y miembros del staff se tomaron vistiendo la casaca del equipo “culichi” teniendo de fondo los aros olímpicos, acción que no pasó desapercibida por el Comité Olímpico Mexicano que lo catalogó como “una acción orquestada” desatando la polémica.
Nuevamente Gil recibió la encomienda de dirigir la novena azteca retribuyendo la oportunidad con creces pues logró meter al equipo entre los cuatro mejores del mundo y dominar al bicampeón mundial, Japón, durante siete entradas. Aunque no se obtuvo el pase, México se despide dejando un buen sabor de boca en la que ha sido su mejor participación en el Clásico Mundial.
MN