La nadadora olímpica, Briana Espinoza, conversa con la cámara de Telediario Guadalajara, sobre sus logros en el deporte de alto rendimiento. A la edad de dos años sufrió un accidente automovilístico en carretera en el que perdió su pierna derecha.
Lo que pudo haber sido una limitante en su vida, se convirtió en su motivación para convertirse en una atleta olímpica. Después de que amputaran su pierna, a la edad de cuatro años, comenzó con clases de natación, en un principio como parte de su rehabilitación, posteriormente la natación llegó a impactar tanto en su vida que se volvió su pasión.
Briana tiene 17 años y es una de las máximas medallistas paralímpicas de natación en el estado. Desde 2016 pertenece a la Selección Jalisco Juvenil. Ha participado en eventos deportivos de clase internacional en países como Colombia, Canadá y Estados Unidos. En total, en competencias estatales y nacionales ha ganado 27 medallas de oro, siete de plata y ocho de bronce.
Uno de sus logros más destacados fue el poder representar a México en los Juegos Panamericanos de Lima, Perú, en 2019, donde obtuvo el cuarto lugar.
El estilo de nado favorito de Briana es el de mariposa, y su carril de la suerte es el 4. “Me siento como libre, siento que soy yo y expreso lo que soy dentro. En una competencia siento que voy volando cuando salgo en cada prueba”, compartió la nadadora jalisciense.
La joven es originaria del municipio El Grullo pero actualmente reside en Guadalajara donde ha tenido la posibilidad de conocer personas que, como ella, han logrado sobresalir y valerse por sí mismas pese a sus discapacidades. Para Briana han sido casi 15 años de tratamiento físico y mental que la han convertido en una guerrera en el agua y en la vida.
Además de nadar y estudiar la preparatoria, en sus tiempos libres Briana es modelo para la revista Ragazza. A esta joven atleta, la vida le ha enseñado que lo único imposible es aquello que no se intenta. “Creo que estar en una silla o no tener un brazo no es un impedimento para querer lograr lo que queremos”, concluyó.
Briana Espinoza encontró en el agua un espacio para desarrollarse, crecer, potenciar sus talentos y ser feliz.
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