Los aficionados al fútbol americano en tres estados apostaron legalmente casi 185,5 millones de dólares en el Super Bowl este año, y los operadores de Nevada registraron la primera caída en la cantidad total apostada en el juego desde 2015.
El partido entre los Patriots de Nueva Inglaterra y los Rams de Los Ángeles fue el primer evento deportivo a nivel profesional en ser publicado en los tableros de apuestas fuera de Nevada. Eso ocurrió luego de la Corte Suprema de Estados Unidos eliminó una prohibición federal sobre las apuestas deportivas el año pasado.
Las cifras divulgadas el lunes por los reguladores de apuestas en Nevada mostraron que la gente apostó 145,94 millones en las 200 casas de apuestas deportivas del estado, 12,65 millones menos que en 2018.
Los operadores de las casas de apuestas deportivas en Nueva Jersey aceptaron aproximadamente 34,9 millones de dólares en apuestas y perdieron dinero, mientras que en Mississippi los fanáticos apostaron alrededor de 4,67 millones en casinos no tribales.
“Lo caracterizaría como un día sólido. No fue uno malo ni uno bueno, estuvo justo en la medianía”, dijo Jay Kornegay, vicepresidente de operaciones de apuestas deportivas y carreras en el Westgate Las Vegas Superbook.
El monopolio de Nevada en las apuestas deportivas terminó el año pasado cuando la Corte Suprema dictaminó que la prohibición debía ser anulada. Los casinos en otros siete estados, Rhode Island, Delaware, Mississippi, Nueva Jersey, Pensilvania, Virginia Occidental y Nuevo México, ya aceptan apuestas deportivas. Se espera que la lista crezca para el próximo año.
Los reguladores de Nueva Jersey dijeron que las casas de apuestas deportivas perdieron 4,6 millones de dólares cuando pagaron 39,5 millones a aquellas personas que ganaron. Muchos apostadores apoyaron a los Patriots, quienes vencieron a los Rams por 13-3 y cubrieron la diferencia de 2 puntos y medio.