El 23 de agosto de 1957 la Liga Pequeña de Beisbol Industrial escribió una de las páginas más brillantes en la historia del deporte en México al conquistar el título en la Serie Mundial de Williamsport.
La hazaña de los Pequeños Gigantes de Monterrey fue coronada por el juego perfecto lanzado por Ángel Macías en el triunfo de 4-0 sobre el equipo de La Mesa, California, en el partido por el campeonato en la estelar categoría para jugadores de 11 y 12 años de edad.
Además, Macías retiró en orden los 18 outs en la gran final sin permitir que nadie bateara la pelota hacia los jardines. La hoja de anotación registró 11 ponches y siete rolas o elevados al cuadro.
Al cumplirse el 64 aniversario de la proeza deportiva, el presidente de los Sultanes y director nacional del programa de Ligas Pequeñas, José Maiz García, recuerda que salieron de casa con cambios de ropa para dos días y la aventura duró semanas.
“Mira, yo me quedo con una frase que se medó muy grabada de Raúl González “El Matemático”, él dice que en deportes de conjunto lo más grande que ha hecho México es el juego perfecto de Ángel Macías”, señala Pepe Maiz.
“Se me grabó mucho porque yo tampoco pensaba que era tan así, pero recuerdo que él nos los dijo muy claro… que en deportes de conjunto no hay nada más que el juego perfecto de Ángel Macías, más que cualquier cosa”.
Maiz García reconoce que el juego semifinal y la visoría que hicieron del rival que tendrían al día siguiente en el duelo por el título fue fundamental para conquistar el campeonato.
Primero le ganaron 2-1 al equipo de Bridgeport, Connecticut, con Enrique Suárez como lanzador en lo que calificó de un “juegazo”.
Luego a petición de César Faz se quedaron a ver el partido en el que La Mesa derrotó 7-1 a Michigan, con pitcheo de su cuarto bate.
La gran final se fue con pizarra de 0-0 hasta la quinta entrada cuando vino el racimo de cuatro carreras que les dejó el trofeo de campeones mundiales.
El noveno bate, Ricardo “El Zurdo” Treviño recibió pelotazo y Mario Ontiveros entró a correr de emergente; Baltazar Charles ejecutó el toque de bola y al querer en vano sacar out en la intermedia tuvieron corredores en primera y segunda sin out.
Luego César Faz los dejó libres para batear; Pepe Maiz pegó doble productor de la primera carrera; Ángel Macías fue dominado; Suárez conectó imparable que impulsó dos, y Gerardo González agregó infield hit para remolcar la cuarta carrera.
Luego Macías retiró los últimos tres outs con tres ponches para cerrar el juego.
La odisea terminó con recorridos por Nueva York; una visita al parque de los memorables Dodgers de Brooklyn, y recibimientos en Washington de tres personajes históricos de la Unión Americana: Dwight Einsenhower, Richard Nixon y Lyndon B Johnson.
“Nos tocaron en tres días, visitas a tres personas que fueron presidentes de los Estados Unidos, algo increíble”, señala Pepe Maiz.
Luego en México, el ingeniero Alejo Peralta les organizó un homenaje en el que les regaló a cada uno un reloj con su nombre; visitaron al Presidente, Adolfo Ruiz Cortines, y tuvieron un recibimiento inolvidable en Monterrey con la ciudad volcada en las calles para un recorrido que fue del Aeropuerto del Norte a la Plaza Zaragoza.
José Maiz García señaló que el campeonato de 1957 y el juego perfecto de Macías llevado al cine en dos ocasiones acercó a muchos niños a la práctica del beisbol y permitió que el programa de Williamsport creciera en diferentes países de América Latina.
EL APUNTE
Del roster de 14 peloteros que integraron a los Pequeños Gigantes siguen con vida Rafael Estrello, Mario Ontiveros, Enrique Suárez, Jesús Contreras, Ángel Macías y Pepe Maiz.