Chile inició hoy en Estocolmo una nueva etapa con Reinaldo Rueda como seleccionador, después de no clasificarse para el Mundial, con un ilusionante triunfo frente a Suecia con un gol en el último minuto de Bolados.
Tras una semana agitada por la ausencia voluntaria en la lista del portero y capitán Claudio Bravo, Chile completó un partido prometedor y en líneas generales fue mejor que su rival, sobre todo en una primera parte en la que mereció más.
Sorprendió el técnico colombiano con su primer once colocando a Roco y Maripán en el centro de la zaga, al "Tucu" Hernández en el medio y Sagal en uno de los extremos.
No le salió mal la apuesta. Chile se hizo pronto con el mando del juego y completó una buena primera parte. Tocó con sentido y creó problemas con la movilidad de sus atacantes, pero insinuó más de lo que concretó.
La primera ocasión chilena fue un buen disparo cruzado de Vargas, que Nordfeldt mandó a córner. En el saque de esquina, el rechace le quedó en el borde del área a Vidal, que elevó la pierna y se sacó un remate tremendo junto al ángulo.
Poco había mostrado hasta entonces Suecia, un equipo que vive mejor cediendo la iniciativa y que no tiene muchos recursos, pero sabe aprovecharlos. Forsberg, su jugador de más talento, se asoció bien al borde del área con Claesson y Toivonen, que no perdonó y colocó el empate dos minutos después.
Los goles no variaron demasiado el escenario: Chile tenía la pelota y proponía más, con Vidal muy activo en un rol más libre; los suecos esperaban pacientes alguna contra o el balón parado para crear peligro.
La Roja -que en Suecia siempre juega un poco en casa por la numerosa colonia chilena- se presentó tras el descanso con una buena jugada de Sagal, cuyo remate sacó a córner Nordfeldt. Y antes del cuarto de hora tuvo una buena llegada de Alexis, que remató flojo, y otra de Beausejour a pase de aquél que casi fue gol.
Rueda refrescó el centro del campo y el ataque con tres cambios, pero no reavivaron un partido que había decaído en intensidad y en llegadas. Dos tiros desde lejos de Castillo fueron lo más destacado en un partido que parecía iba a acabar con el mismo resultado que el anterior amistoso de ambas selecciones hace doce años en Estocolmo.
Hasta que Castillo tuvo frialdad para dar el pase en el momento justo a Sánchez, que se quedó solo frente a Nordfeldt. El portero sueco desvió el tiro, pero el rechace le quedó muerto en el punto de penalti a Bolados, que fusiló sin oposición.