El astro Lionel Messi y toda su misma generación de futbolistas nunca lo vieron jugar o tienen un vago recuerdo. Pero la dimensión de lo que fue Diego Armando Maradona en una cancha se magnifica a punto de cumplir los 60 años, en igual proporción al rechazo que provocan sus excesos y escándalos.
“Sueño con hacerle otro gol a los ingleses, esta vez con la mano derecha, ja”, respondió el ex astro ante la consulta sobre un deseo de cumpleaños durante una reciente entrevista a la revista France Football.
Inglaterra fue víctima de los dos goles más famosos en la carrera de Maradona, quien se encuentra aislado desde el martes en su casa de las afueras de Buenos Aires debido a que un colaborador estrecho tuvo síntomas de coronavirus.
En los cuartos de final del Mundial de México 1986, el entonces capitán argentino marcó el primero con la mano, que pasó a la posteridad como “La Mano de Dios”.
El segundo fue la conclusión de una corrida en la que se desprendió de más de medio equipo rival, haciendo malabares con la pelota. En 2000, la FIFA lo declaró el mejor tanto en la historia de los mundiales. Maradona a su vez fue elegido el mejor jugador del siglo XX junto al brasileño Pelé, quien hace una semana cumplió 80 años.
“Diego no nació para ser explicado, nació para ser admirado o para ser odiado, él no tiene grises”, opinó días atrás Fernando Signorini, su amigo y preparador físico de Argentina en el Mundial Sudáfrica 2010 bajo el mando de Maradona.
Nacido el 30 de octubre de 1960 en Villa Fiorito, un barrio humilde de un suburbio al sur de Buenos Aires, Maradona fue el quinto de ocho hijos. De aquella época de privaciones, Maradona recuerda los frecuentes dolores de panza de su madre Dalma Franco a la hora de servir la comida en la mesa familiar. Con el tiempo entendió que era una excusa para no comer y dejarle a sus hijos porciones más abundantes.
Su cumpleaños marcará el inicio de una campaña solidaria “Las Diez del 10” junto a la Cruz Roja. Maradona subastará diez de sus camisetas y con el dinero recaudado asistirá a las barriadas pobres, como su Villa Fiorito, con alimentos, artículos de higiene y materiales de construcción para mejorar las canchas de fútbol, conocidas como “potreros”.
Pelusa, como lo llamaban cariñosamente sus padres, saltó de uno de estos campos de juego de tierra a Los Cebollitas, una filial infantil del club Argentinos Juniors. En este último equipo debutó como profesional en 1976 y luego pasó a Boca Juniors en 1981 antes de fichar en el Barcelona.
En 1984 fue transferido al Napoli, un club del sur italiano que jamás había ganado nada importante. Liderado por Maradona fue campeón de Italia en 1987 y 1990 y de la Copa de la UEFA en 1989, entre otros logros.
También jugó en el Sevilla español, Newell's de Rosario y tuvo un segundo ciclo en Boca (1995-97), donde se retiró a los 37 años.
Con la selección argentina jugó entre 1977-1994, incluyendo los mundiales de 1982 (España); 1986 (México), en el que salió campeón; 1990 (Italia) y 1994 (Estados Unidos), cuando fue retirado de la competencia por uso de sustancias prohibidas y suspendido por un año. Para muchos de sus fanáticos argentinos ese fue un punto de quiebre.
El ídolo impoluto empezó a mancharse a principios de la década de 1990, cuando fue sancionado tras detectarse restos de cocaína en la prueba de dopaje realizada en la liga italiana. Al poco tiempo fue detenido en Buenos Aires por posesión de drogas y estuvo una noche en prisión.
La adicción a esta sustancia lo puso al borde de la muerte en 2000 y 2004 cuando fue hospitalizado por complicaciones cardíacas.
“Con mi enfermedad yo le di ventajas al fútbol”, declaró Maradona en una entrevista televisiva en septiembre de 2014. "¿Sabés qué jugador hubiese sido si no hubiese tomado droga? ¿Sabés que jugador hubiese sido? Un jugador de la p... madre”.
Maradona ha dicho que hace más de una década no consume drogas, pero su médico personal Leopoldo Luque reconoció recientemente que tiene problemas con el alcohol.
Confiaba en celebrar las seis décadas de vida sentado en la banca de Gimnasia y Esgrima La Plata, club que le dio la oportunidad de regresar al fútbol argentino tras un largo exilio en Emiratos Árabes Unidos y México.
El Lobo recibirá a Patronato el viernes en el inicio de la Copa de la Liga Profesional y estaba previsto un homenaje a su entrenador. Por tratarse de un paciente de riesgo, no está claro que Maradona pueda concurrir.
Aunque logró lo máximo como futbolista, el Maradona técnico por ahora no supera la media. Llegó a Gimnasia a mediados de 2019 con el objetivo de evitar el descenso de categoría. Casi fracasa, pero la pandemia le jugó a favor. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) dio por finalizada la temporada y suspendió los descensos.
En la misma entrevista con France Football sentenció que los únicos jugadores que lo emocionan del fútbol actual son Messi y Cristiano Ronaldo.
“Messi y Cristiano, Cristiano y Messi… Para mí, estos dos están muy por encima de los demás", dijo. "No veo a nadie acercándose a ellos. Ni uno solo logra la mitad de lo que hacen”.
El astro portugués respondió asombrado: “¿Estás diciendo que dijo de mí que lo hice soñar? Bueno, sé que él también me hizo soñar”.