ESTADOS UNIDOS.- Las 7 horas y 20 minutos más largas, angustiantes, tensas pero emocionantes en la historia de los Dodgers de Los Angeles. Y de la Serie Mundial. Max Muncy ya había coqueteado con un jonrón en su turno anterior, pero al pararse en la caja de bateo en la entrada 18, su batazo sí terminó detrás de la barda y fue el cañonazo con el que el conjunto angelino venció 3-2 a los Medias Rojas para terminar con el mejor guión que se ha escrito en Hollywood.
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El gran juego de Andrew Buehler, el jonrón de Joc Pederson, el tirazo al plato de Cody Bellinger y un mal disparo a la inicial de la defensiva de Boston habían salvado a los Dodgers de autosabotearse. Ellos mismos se habían encargado de hacer todo para dejar ir el triunfo en las primeras nueve entradas, pero después de la entrada 8 donde los empataron con un jonrón, todo lo que parecía normal empezó a transformarse en el juego de Serie Mundial más largo en la historia, no solo en duración sino en la cantidad de entradas.
Joc Pederson se voló la barda en el inning 3 para poner al frente a los Dodgers. Andrew Buehler colgó siete ceros. Jackie Bradley empató el choque con un vuelacercas en el octavo rollo frente al taponero Kenley Jensen. Así el duelo se fue a entradas extras.
En la parte alta de la tanda 13, Brock Holt negoció pasaporte en seis pitcheos, llegó a segunda tras wild pitch y vino el desastre. Eduardo Nuñez bateó una débil rola de frente al pitcher, quien corrió hacia la inicial donde le lanzó a Kike Hernández, quien llegó al relevo defensivo, la pelota se le fue y ahí Holt se descolgó al plato con la anotación de la ventaja.
Los Dodgers se la ingeniaron para empatar, con un poco de ayuda. Muncy negoció pasaporte y con un fly que Eduardo Nuñez atrapó pegado a la tribuna que lo hizo caer hacia la tribuna, Muncy hizo un pisa y corre a la segunda. Entonces llegó Yasiel Puig para sacar rodado difícil a segundo, Ian Kinsler tuvo problemas para dominar y trastabillando tiró mal a primera. Eso fue suficiente para que Muncy llegara a home con el milagroso empate.
Entonces el encuentro se metió en un tenso momento. Todos los pitcheos se hicieron con extremo cuidado, porque cualquiera podría transformarse en el batazo del triunfo. Y eso fue lo que pasó con el propio Muncy en el rollo 18. En cuenta de 3-2, le prendió un lanzamiento a Nathan Eovaldi que ha cambiado esta historia. Al menos por ahora, ya que gracias a este cañonazo la Serie Mundial se pone 2-1, aun a favor de Boston, pero cambia todo el escenario.
Dodgers estuvo a seis outs de ganar, después a un buen tiro a primera de perder... y terminó ganando en el histórico choque que comenzó a las 5:09 de la tarde y terminó a las 00:29 del día siguiente.
PGG