El Nápoles se impuso por 2-0 este martes al Liverpool, vigente campeón de Europa, en la primera jornada del grupo E de la Liga de Campeones, tras un partido de gran intensidad y calidad técnica, desequilibrado por los goles del belga Dries Mertens y del español Fernando Llorente.
El conjunto napolitano salió ganador de una batalla técnica y táctica, en la que rompió el muro levantado por el portero español del Liverpool Adrián San Miguel en los últimos diez minutos, con una pena máxima de Mertens y el tercer gol de la carrera de Llorente al conjunto inglés.
El San Paolo acogió un duelo de alto voltaje, entre dos equipos que cuentan con gran calidad técnica y que saltaron al campo con las ideas claras, jugando un fútbol atractivo y hecho de combinaciones de alto nivel.
El senegalés Sadio Mané, el brasileño Roberto Firmino y el egipcio Mohamed Salah, que alcanzó los 33 kilómetros por hora de velocidad en un contragolpe de la primera mitad, llevaron al límite a la defensa napolitana, que sin embargo aguantó liderada por un monumental senegalés Kalidou Koulibaly.
La mejor ocasión de los primeros 45 minutos fue para Firmino, que lo intentó con un cabezazo que rozó el poste izquierdo de la portería de Alex Meret en el 43. Poco antes, el propio delantero brasileño propició una gran acción ofensiva del Liverpool que acabó con un corte decisivo del portugués Mario Rui para negar un fácil remate a Salah.
Enfrente, el vigente campeón de Europa tuvo a un Nápoles repleto de calidad, con el español José Callejón, Lorenzo Insigne, Mertens y el mexicano Hirving Lozano que formaron una delantera dinámica, con el español Fabián Ruiz en el doble pivote.
El propio centrocampista andaluz rozó la ventaja dos veces en el minuto 7, con dos disparos que su compatriota Adrián consiguió despejar.Salió más agresivo el cuadro napolitano en la reanudación y rozó la ventaja en el 49. Mario Rui centró para Mertens, quien remató de volea desde dentro del área pequeña. Solo una milagrosa parada de Adrián mantuvo el empate a cero.
En el otro lado del campo, fue Manolas quien falló un rechace y permitió rematar a Salah, con el portero del Nápoles Alex Meret que contestó con una importante parada para refugiarse en saque de esquina.
Esa oportunidad aumentó la confianza del Liverpool, que fue superior durante gran parte de la reanudación, pero el Nápoles tuvo el mérito de saber sufrir, mantenerse en el partido y recogió el premio en el 81, cuando José Callejón provocó un penalti, por una falta del inglés Andy Robertson.
Mertens se encargó de la transformación, cruzó el disparo y, pese a un toque de Adrián, envió el balón al fondo de las mallas y desató la euforia de la hinchada napolitana.
Trató de reaccionar el Liverpool, pero el Nápoles se cerró con orden y contó además con la trascendental ayuda de Llorente, saltado al campo en la reanudación, para despejar unos balones altos peligrosos en su área.
Y fue precisamente el Rey León quien sentenció el partido en el 92, al aprovechar un error defensivo del holandés Virgil Van Dijk y al superar a Adrián con un disparo cruzado que le entregó tres puntos al Nápoles en una noche gloriosa.
AZ.