Desde hace tiempo, Santos ha carecido de jugadores que le rindan honor a su apodo, “Guerreros”. Esos hombres que dejaban el corazón en la cancha, se entregaban a la camiseta con un profundo coraje y sentimiento.
Los últimos de esta clase partieron hace algunos años; Oswaldo Sánchez, Oribe Peralta y Juan Pablo Rodríguez. A partir de los torneos siguientes, la afición ha notado la ausencia de esta figura. Las contrataciones no acertadas le pesaron al estado anímico de la tribuna.
Hoy las cosas son distintas. En el campo surge un personaje que comienza a ocupar ese lugar, su nombre, Jonathan Orozco. El portero cumple con las características que los seguidores santistas exigen. Un hombre con carácter, profesionalismo, garra, entrega y empatía.
“El Spider-Man” fue criticado por su pasado Rayado, pero con el paso de los días, algunas declaraciones y publicaciones han hecho que la Nación Guerrera empiece a olvidar de dónde viene.
Al final, lo que terminará por convencer a la gente de que ha llegado el nuevo ícono guerrero serán sus actuaciones, su calidad y sus próximas grandes atajadas.
“Jona” sabe que no será fácil pero que con el tiempo logrará entrar en los corazones laguneros y la historia del Club Santos.