Para muchos, el Super Bowl significa la máxima gloria, el escenario en el que buscarás consolidarte y convertirte en una leyenda de la NFL, pero también representa mucha presión. Lidiar con toda la atención mediática no es cosa fácil, menos en un mundo como el actual, en el que las noticias están al alcance de un clic gracias a la tecnología y las redes sociales.
Pero un mariscal de campo como Joe Burrow ya ha aprendido a lidiar con esto. Después de todo, estamos hablando de un joven que hace dos años se proclamó campeón nacional en el futbol americano colegial con LSU y que ganó el trofeo Heisman. Con ese tipo de experiencias, Joe no desconoce la presión que se pueda tener.
El quarterback de los Bengalíes de Cincinnati tiene su estrategia clara: alejarse de las redes sociales y evitar distracciones que puedan perjudicar su juego ante los Carneros de Los Ángeles.
“Sé que he estado en las redes sociales desde el principio de la semana, así que ya no las he revisado en un tiempo… Mi teléfono no ha sonado tanto así que eso ha sido bueno. Estoy tratando de eliminar esas distracciones. La parte social de la posición en la que estoy es más loca que la parte del fútbol americano, para mí”, dijo Burrow en su primera rueda de prensa virtual, un día antes de su viaje a Los Ángeles, sede del Super Bowl LVI.
El Super Bowl LVI será su partido más importante… al menos en este punto de su vida. Con esa mentalidad, Burrow ha enfrentado todos sus partidos de campeonato y afronta los nervios de esa forma, con una disciplina y convicción en la que trata de relajar todo y espera que todo ese camino le ayude a no caer ante la presión.
“Obviamente los jugadores mejoran y los esquemas son mejores, pero al final del día, la mentalidad es la misma, cuando jugué por el campeonato estatal en la preparatoria, me sentí, en ese momento de mi vida, igual que jugar el Super Bowl”, dijo, en referencia a que era el partido más importante de su vida en aquella época, por lo que espera estar más tranquilo.
Sobre su relación de trabajo con Ja’Marr Chase, Burros reconoce que al inicio hay que trabajar duro para entenderse con los receptores, sobre todo en la NFL, pero coincidir con su compañero de LSU hizo que el proceso fuera más rápido y ayudó a que la química mejorara y los llevara lejos.
“Cuando debes conocer a un nuevo receptor, siempre es duro el comienzo porque debes aprender cómo corre sus rutas, su velocidad, el lugar donde estar el balón, pero nosotros (Chase y Burrow) ya tenemos eso y es una ventaja cuando ya tienes una relación”.
MN