La molestia en los aficionados que acuden al Santiago Bernabéu dejó en evidencia la desesperación de los seguidores del Real Madrid hacia Vinicius Júnior como uno de los responsables del momento irregular que atraviesa el equipo.
El brasileño, lejos de su mejor versión, con un juego apagado y lleno de dudas, la victoria frente al Sevilla, sostenida más por destellos individuales que por un funcionamiento colectivo, no logró apaciguar el descontento del público.
- Futbol Internacional
El foco de las críticas recayó sobre Vinícius Jr., quien respondió de manera inmediata y simbólica modificando su imagen en redes sociales, reemplazando la camiseta merengue por la de la selección brasileña.
El gesto del extremo fue una reacción directa a los abucheos recibidos. Apenas ingresó al vestuario, cambió su fotografía de perfil, pasando del escudo blanco al uniforme de Brasil, selección con la que mantiene intactas sus aspiraciones de protagonismo rumbo al Mundial de 2026, pese a un 2025 marcado por constantes altibajos.
El rendimiento de Vinícius ha perdido frescura, presencia y peso en el desarrollo de los encuentros. Aquella versión insistente y desequilibrante que terminaba imponiéndose por velocidad y talento parece haber quedado atrás.
Su protagonismo se ha diluido, en parte, por la irrupción de Kylian Mbappé como principal referente ofensivo, respaldado por cifras goleadoras que hoy no acompañan al brasileño.
El atacante acumula trece partidos consecutivos sin anotar con el Real Madrid. A lo largo de 2025 firmó 13 goles en 61 apariciones, números discretos para su jerarquía.
- Club Tigres
A esto se suma un contexto complejo desde la llegada de Xabi Alonso al banquillo; suplencias esporádicas, un visible desencuentro con el técnico tras el clásico, y una renovación contractual estancada por diferencias económicas entre el club y el jugador.
Las primeras muestras de desaprobación se produjeron incluso antes del pitazo inicial, cuando su nombre fue anunciado por la megafonía del estadio. El recuerdo de su actitud en el banquillo durante el duelo copero ante el Talavera, en el que fue captado sonriendo tras un gol encajado mientras Alonso mostraba evidente frustración, todavía estaba fresco en la memoria del aficionado.
Con el balón en juego, los silbidos se intensificaron tras un error ofensivo en los primeros compases del partido.
Los intentos del brasileño por conectar con la grada y levantar al público tuvieron poco efecto, ya que su incidencia en el encuentro fue limitada. Cuando llegó el momento de su sustitución, la protesta alcanzó su punto más alto.
La afición del Real Madrid dejó claro, de manera contundente, que su paciencia con quien hace no mucho era su principal figura comienza a agotarse.
RJ