El Copenhague se clasificó por segunda vez en su historia para los octavos de final de Liga de Campeones de fútbol al derrotar por la mínima al Galatasaray (1-0), en un encuentro intenso y con más emoción que juego.
El equipo danés, que suma con éste cinco triunfos en casa contra otros tantos rivales turcos en competición europea, vivió una noche mágica con final soñado, a pesar de que el Galatasaray apuró en los últimos minutos y pudo empatar al menos, un resultado que tampoco le habría valido para seguir en el torneo.
Arrancó mejor el equipo local, que dominó los primeros diez minutos y pudo adelantarse en una clara ocasión de Ankersen, pero el lateral derecho resolvió con un remate manso junto al palo.
El Galatasaray adelantó unos metros la presión y metió en su campo al Copenhague, que pasó momentos de agobio, aunque sin que Grabara sufriera en exceso.
El partido se equilibró pasada la media hora, con el equipo turco manejando más la pelota y el Copenhague, algo más peligroso, amenazando a la contra.
Les faltó sin embargo una pizca de claridad a ambos equipos para mover el resultado antes del descanso.
No varió el escenario en el arranque de la segunda parte. Mucha intensidad, mucha pelea, pero sin inquietar demasiado a la portería rival. Hasta que una gran combinación de Gonçalves y Achouri la remató, solo en el área pequeña, Lerager dentro de la red.
Con un resultado que lo dejaba fuera, Okan Buruk -integrante del equipo del Galatasaray que se proclamó campeón de la UEFA en Parken en 2000 contra el Arsenal- llenó el campo de atacantes: Ziyech, Mertens y Bakambu para acompañar a Icardi.
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Pero el Galatasaray no encontraba el camino, y Claeson, en un cabezazo solo, tuvo la sentencia, pero se le fue alto.
Aktürkoglu mandó a las nubes poco después una buena dejada de Icardi en el área, en el momento en el que el equipo turco más dominaba.
Resistía el Copenhague, mientras las dos hinchadas festejaban el gol de Coman en Manchester, que aseguraba al menos seguir en Europa a los dos, independientemente del resultado final.
Sin demasiadas ideas, insistía el Galatasaray, que abusaba de los centros laterales buscando los dos goles que necesitaba para seguir vivo en Liga de Campeones, aunque ya con línea de cinco atrás, el campeón danés aguantaba con suficiencia.
Lerager, héroe de la noche, vio dos amarillas en cuatro minutos, la última al borde del minuto 90. Parecía que no quedaba tiempo, pero el Galatasaray tuvo dos ocasiones clarísimas de Ziyech y un revuelo en el área que Grabara y la defensa salvaron para sellar un pase a octavos de final que pocos preveían hace tres meses cuando arrancó la fase inicial y que fue celebrado como un título por jugadores y aficionados.