Guadalajara se prepara para vivir en 2026 su tercera Copa del Mundo, una distinción que comparte únicamente con la Ciudad de México y que confirma el peso histórico de la Perla Tapatía en el deporte nacional.
Sin embargo, el camino entre aquel primer Mundial de 1970 y el que está por venir refleja más de medio siglo de transformaciones deportivas, sociales y urbanas.
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1970: el año que puso a Guadalajara en los ojos del mundo
En 1970, Guadalajara era una ciudad en plena expansión. El estado de Jalisco contaba con poco más de un millón 747 mil habitantes, una cifra muy lejana a la actual, pero con una pasión deportiva que ya desbordaba estadios y calles.
En el futbol, aquel año quedó marcado como uno de gloria absoluta para las Chivas, que conquistaron su octavo título de Liga, además del torneo de Copa, para proclamarse Campeón de Campeones, ajustando calendarios y plantillas a la realización del Mundial.
No obstante, la bonanza rojiblanca no se prolongaría demasiado. Apenas un año después, en la temporada 1970-1971, el Guadalajara vivió una de las caídas más abruptas de su historia , quedando peligrosamente cerca de disputar la promoción por el no descenso.
Quien sí terminó pagando las consecuencias fue el Atlas, que perdió la categoría por segunda ocasión, evidenciando la inestabilidad que atravesaba el futbol tapatío tras la euforia mundialista.
El 2 de junio de 1970, el Estadio Jalisco hizo historia al debutar como sede mundialista. El recinto recibió al campeón defensor Inglaterra, que apenas logró imponerse 1-0 ante Rumania con anotación del legendario Geoff Hurst.
Pero más allá de los resultados, ese Mundial dejó una huella imborrable en Guadalajara con el surgimiento de una estrecha relación con Brasil.
La selección encabezada por Pelé encontró en Jalisco un ambiente de fiesta, respaldo y admiración que se tradujo en grandes actuaciones rumbo a la coronación en México 70.
En el ámbito local, noviembre de ese año también marcó un cambio significativo con la venta del histórico Club Oro, que pasó a manos de empresarios jaliscienses y se transformó en los Gallos de Jalisco, debutando oficialmente el 29 de noviembre de 1970 con un empate ante Toluca.
El deporte tapatío no se limitó al futbol. En el beisbol, los Charros de Jalisco ya habían saboreado el éxito en 1967, pero el título de 1971 se convirtió en uno de los más memorables en la historia de la Liga Mexicana, al remontar una serie final que perdían 0-3 ante Saltillo, una hazaña inédita hasta entonces.
Cabe recordar que en 1970 la actual LMP aún se llamaba Liga Invernal Sonora-Sinaloa, y que Tomateros fue el campeón de esa temporada.
Así, 1970 representó un año de ajustes y gloria para Guadalajara, con el futbol como eje principal.
Para 2026, el panorama es mucho más amplio: además de cuatro partidos del Mundial, la ciudad será sede de la Serie del Caribe, el Mundial de Clavados y la Liga de Campeones de las Américas de basquetbol, confirmando que la evolución deportiva de Guadalajara está lejos de detenerse.
KH